APUNTES PARA UNA VIDA MEJOR (DE CASI TODOS)

  Para mí Irlanda es "El hombre tranquilo", o no es.

  Las horas felices: otra cosa no tengo.

 Como sociedad estamos vivos, pero no conscientes.

  Despertad, porque están robando las cosas buenas del mundo y no queda tiempo. La luz palidece mientras horadan sin descanso los núcleos de nuestra felicidad. Gentes como nosotros.

  De mi infancia recuerdo el absolutismo moral. Todos sabían distinguir el bien del mal. Ahora simplemente no hay caso, se trata de validar apetitos salvajes que se justifican solos y se amontonan en el triste cajón de la aceptación adolescente. Un vacío que nadie parece comprender. Todo ha cambiado.

  Hay que escupir el veneno o te matará igual. Date cuenta.

  Si te rindes sin luchar, no esperes volver. Tranquilo, el camino da muchas vueltas que nadie conoce.

  Si me encuentro a mí mismo en la calle, ¿cambio de acera para no saludarme o me abrazo contento?. No sé...

  Ya está bien. Cualquier día me levanto y hago qué.

  Estamos asistiendo al naufragio de los restos del naufragio. La rapiña final. Ay, España...

  El problema es que las personas empiezan a caminar torcidas, se sienten cómodas en su torsión y olvidan la grandeza de la verdadera humanidad.

  ¿Nutre el manantial con aguas de redención? Difícil saberlo ..

  La autoindulgencia, en cualquiera de sus formas y disfraces, es una lacra cruel y ponzoñosa muy capaz de destruir el alma, y por tanto de malograr la vida. Así lo creo y escribo. Ya.

  ¿Conspiro yo eficazmente contra mí mismo?

  Los que hoy parecen colosos se van difuminando poco a poco, hasta que desaparecen. Y la historia los borra y nunca vuelven al primer plano para nadie. Así que vigila tus adoraciones, que son breves y no perduran. Incluso los verdaderamente grandes sufren el silencio a veces. Tú estate atento y no fallarás.

  Hay días que una buena frase me justifica el día. Hoy no es el caso.

 No lo ví venir. No supe que partía.

  Acepta lo irracional y olvídate del equilibrio. Condenación de la masa social en decadencia.

  Y así se escribe la nada, con detrito moral. Todos los días, a todas horas. Sin venir a cuento y sin descanso. Locos...

  Ese día grande que está por llegar...

  Pensamientos. Volátiles como el humo, densos como fuego. Instantes exactos, reflejos de la condición efímera. Gritos de la mente, juegos de la razón. Vienen y se van, tímidas aves de paso...

  Apelas a la ignorancia de tus enemigos para aprovecharte de la ignorancia de tus amigos. Vale.

  Cuando el punto de partida se convierte en el de destino, has fallado. Simple.