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DE PIE LAS PERSONAS ÍNTEGRAS, DE PIE.

 




Conviene recordar, cuando vienen difíciles, que somos hombres y no animales. Que pensamos y guardamos los logros que nos dieron a conservar. Y conviene asimismo comprender que gravitan y conspiran personas que nos contemplan como carne viva, como animales, y actúan en consecuencia. Lo primero, la libertad hasta el martirio si es preciso. Todo lo demás viene por añadidura, incluyendo el derecho a defenderse como hombres.
Vienen tiempos oscuros y habrá que arriesgar el cuerpo para salvar el alma. Ya están aquí, de hecho.
No perdáis vuestra dignidad, hermanos.