Ir al contenido principal

TEMOR

 




Habitaciones que nunca se pisan, estancias ignoradas a las que nos cuesta entrar. Y encajonado sin aire el pensamiento sufre; no sabemos su naturaleza, aunque sí que no son oscuras ni necesariamente amenazantes.
Y jamás se asoma el alma, ni siquiera por curiosidad o imprudencia o ganas de expandirse.  Ellas nos esperan quizá, quizá no, quién sabe.
Nadie lo sabe, en realidad.