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GAZA Y LOS MONSTRUOS DE GAZA

 


Las imágenes de la infamia no dejan dudas sobre quién alberga el Mal en su corazón y quién no. Horror y cobardía, animales desatados, perros de un dios terrible y blasfemo, mentes derrumbadas en la sangre, bestias sin solución, esto son. 
Albergue de la podredumbre, luz del irracional, desechos de vida, inútiles groseros, perfumados de odio, esto son.
Esto son, los farsantes absurdos en sus mentes absurdas, leche humana derramada en mil crímenes satisfechos por placer, preludio del terror, catacumba del pensamiento racional, carne desperdiciada, ratas humanas inservibles, toscas. Sí, esto son.
Vómito de raza subterránea, caníbales del amor, adoradores de estúpidos salmos llenos de bilis, de defecación corporal, detrito de la tierra, gritos rabiosos, cerdos enfermos, indignos de llevar nada que no sea su alma maldita. Esto son.
Personas no son, ni ellos ni los que desde atalayas de Occidente pregonan su adhesión a estos remedos de humano contaminados, muertos, inútiles para la vida, y les financian. Que Dios sepa bien cómo tratarles cuando se presenten con toda su carroña moral en el juicio.
Mientras tanto, que Israel haga caer el mazo reparador sobre esta raza inmunda y no quede ninguno para contarlo. 
No está bien escrito esto y no tiene valor. Pero sirve como expresión de la rabia y la desazón ante sociedades medievales, oscuras que aún persisten. Sirve como secreción de rabia impotente que tiene que salir del corazón.
Poner, bastardos, a los niños para engañar otro día al mundo. Poned a los niños para que los maten por vuestra repugnante, sucia, despreciable causa.
Y tú, cuando hoy salgas a la calle a beber y comer y quizá ligar, ponte el pañuelo de sangre y rie fuerte, como sabes, rie fuerte la muerte arbitraria de inocentes y la muerte segura de palestinos.
Follad, violad, profanad a los inocentes mientras podáis: ya llegará vuestra hora, carroña.
Mientras tanto, una oración por los que hoy han muerto porque sí, porque Alá lo ordena.