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DOLOR

 




Hay gente de intenciones evidentes que nunca pagan por ellas, a pesar de que las vemos, son sucias y no las disimulan. Triste destino el de estas gentes evidentes, suerte pasajera, triunfo efímero: lo que dure la vida.

Por otro lado, hoy crucificamos al Hijo de Dios, pero ¿acaso no lo hacemos todos los días?.

El tiempo pasa sin remedio entre gritos y rabia, y no espera a nada...