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LAS CONVICCIONES PASAJERAS

 

Alguien muy querido me dijo una vez a propósito del socialismo que había que respetar sus convicciones, que podían ser legítimas y/o respetables como cualquiera otras.

Sería cierto si tuvieran hoy las mismas convicciones y estrategias de hace 10 o 15 años, pero resulta que no es así. Hace 15 años defendían con fiereza otras cosas. Por eso odio su estrategia falsa, adulterada, encubierta y despreciable: porque no tienen convicciones sino excusas con las que adornar su ambición criminal.