Es un problema mundial, con bastante gente (gentuza) posicionada para defenderla a costa de la propia sociedad y sin otra función y objetivo que explotarla sin ningún escrúpulo.
Tiene solución, pero no es pacífica ni sencilla; y el tiempo se acaba. Si no queremos convertirnos en una especie alucinada y suicida, hay que barrer la escoria y cerrar la puerta a la locura universal. Son pocos pero tienen todos los medios: hay que eliminar la mala hierba y volver a recibir la luz del sol y de la cordura.
La concordia claudicante nos ha llevado al abismo, el silencio nos llevará a la extinción.
Hay indicios.
Reacciona.
Levanta.
Grita.
Lucha.