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EL ERROR DEL DEGRADADOR DE MULTITUDES

 



Los encargados de corromper sociedades creyeron buena estrategia pasar de inundar de sexualidad el escenario a desbordar de homosexualidad el discurso. Lo cual es insuficiente y de dudosa eficacia, porque deja fuera de la tentación a los que son recios machihembrados y no se dejan engañar con carne y cuerpo equivalentes en actos de lascivia. El resultado es mayor degradación humana en menos individuos y una creciente demanda de castidad en otros, como única salida a la repugnancia ofrecida. El resto busca lo natural a su sexo y nunca hará caso a apelaciones oscuras.
El tiempo se evapora, Dios acaba ganando siempre. Siempre, pues ya conoce los caminos del hastío y la repetición en la podredumbre humana, al ser Él quien los permite.
Y juega limpio, aunque a veces sería mejor limitar ciertas libertades.