Lo poco que me preocupa el discurso de hoy me convierte en una persona difuminada sin ganas de replicar a nadie. Vaya.
Todo lo racional parece al borde de la extinción por pura estupidez.
La oscuridad que siempre regresa con diferentes formas.
Y los mismos ególatras tras ella, dirigiendo el gran suicidio.
Las marionetas dispuestas a difundir las consignas tan irreales.
No, definitivamente no importa: todos nos iremos.