"La policía -horda retribuida donde han encontrado refugio todos los indeseables de antaño- busca, prende, martiriza y persigue a las personas que presentan síntomas de ese pecado que ellos no perdonan nunca: la decencia".
W. Fernández Flórez, Crónicas de la guerra civil.
Hoy, como ayer, nada ha cambiado. El socialismo sobre todo; si se hace fuerte, actúa criminalmente y sin escrúpulos. Por eso divinizan a gente como Aurora Picornell, que como todos ellos soñaba con asesinar a destajo.