Hay un movimiento degradador que busca la sumisión de las masas, convenientemente convertidas en rebaño, sin otra pasión que hundirse en mayores degradaciones. El motor es elitista y hunde sus raíces en el Mal que no se rinde nunca.
Y qué, siempre habrá al menos una persona que se pregunte porqué, para que la rueda vuelva a su camino civilizador y humano, no bestial.
Entonces ajustaremos cuentas, Joseluises.