Este pequeño ser con un amor diminuto y callado en su corazón casi triste, un sentimiento suave sin valor alguno para nadie excepto para él, este pequeño ser que transita olvidado recoge su delicado amor que, por un día quizás, calienta su alma sin que le importe a nadie, porque nadie sabe del fogonazo íntimo. Y es casi feliz con su tesoro sin nombre y sin futuro, sólo el sueño de apenas unas horas, dulce y balsámico, un pecado sin mancha para el último tramo.
Los días transcurren sin más aunque a veces se hace la luz por un instante.