Esos mensajes pedestres y repetidos hasta la necedad y el cansancio, qué estúpidos son. Indecencia del legado, vomitona de las frases hechas, grosería autocomplaciente. Inutilidad absoluta de lo trillado y, sin embargo, suicida. El mundo está cansado y asqueado de sí mismo, y por eso abraza su destrucción.
Háblame de tus ideas implantadas, me interesa saber cómo se llega al delirio.