Respuestas sesudas, hiperracionales, arrasadoras, geniales, sabias, llenas de citas de sesudos pensadores para asuntos simples que únicamente piden un desprecio y una patada tosca y seca al emisor; ése es el problema y el drama de nuestro tiempo: la elevación a propuesta discutible en foros intelectuales lo que es simple y llanamente una gilipollez nacida de cualquier analfabeto medio demente, que jamás debió salir de su portal mugriento y deprimente.