Camino como si me importase y conociese a dónde voy. Tengo el cansancio de muchos pasos pero siento que apenas he empezado; a veces solo y otras rodeado veo las cosas sin emoción y me incrusto en las esquinas.
Así como las estaciones se suceden a su tiempo yo discurro entre las gentes sin entender exactamente de qué va esto de la vida, y entonces me vuelvo hermético y recurro a la emoción íntima de feroz subjetividad o al rechazo del entorno exterior y duermo sin sueños definidos. No hay orgullo en esto, hay un sol inextinguible que deseo poseer.
Todo está en tránsito.