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  Esos corderos son lobos rabiosos. Y vienen a por tí...

NOCHEBUENA...

  Estoy sucio y solo, Señor, pero te espero con ansia de Eternidad y no soy pues tan pequeño. Estoy perdido y voy a tu encuentro, acabaré en tu cercanía como estaba escrito para mí y para todos. Ven, Señor, a consolarme: el día ha llegado y voy a celebrarte como lo hicieron mis padres y los padres de mis padres. El resto está vacío. Alegría de la Noche Eterna. Sonrisas en las oscuridad que palpita, que nace el Hombre y el Dios inacabable. Hay ambiente de prodigio entre la buena gente.