Puestos a exhumar represaliados, podríamos buscar y dar humana sepultura a los ingentes cuerpecitos masacrados al amparo de la ley, señor juez. Los de hoy y ayer, y desde hace años. Recojamos los escombros, la sangre derramada, y pidamos una revisión de nuestra humanidad. Hoy mismo. Gente tan dulce como Bibiana o Pilar, sedientas de sangre y destrucción, hablan y se mueven con la certeza de su justicia indecente, tan limpias y puras como el cieno, el barro, heces ellas mismas. Triunfa la inmundicia mental, los animadores del holocausto callado. Barcos de matanzas, casas de muerte y hedor vomitivo, tanta miseria al servicio del ensañamiento enfermo, irracional, lamentable. ¿Dónde están, pues, los cadaveres de los que no han tenido opción a elegir su modelo político, qué hacer con la vida, dónde descansar? Víctimas del egoísmo y la ignorancia se amontonan en nuestro debe, legado negro para el futuro. ¿Dónde quedan los cuerpos sin terminar, cuyas madres son alimañas podridas? Y quién hará
Bienvenido. Aquí encontraras apuntes, bocetos e impresiones de una mente atropellada, y son fruto del momento en que fueron expresados. No hay verdades esenciales excepto las del instante concreto: por eso las mantengo. No te enfades si te hieren o parecen injustas pues seguramente lo sean de alguna manera. Aquí se quedan como hijos frustrados. Intenta disfrutar, el objetivo es que algunas palabras y frases te entretengan. Entra.