Este título, que lo puse en otra entrada a raíz de la victoria de Obama en EE.UU., viene a colación porque, en el ínterin, Obama demuestra una vez más que no es posible esperar nada aunque los hombres parezcan mesiánicos, un maná correcto. En lo poco que lleva el tipo ha demostrado una cierta dejadez, muchas palabras bonitas, algunos gestos feos y la sensación de que la nave sigue a la deriva. Resultando así que, sin llegar a la idiocia perfecta de nuestro ZP, el americano es un pálido reflejo de un hombre grande, al que olvidaron rellenar por dentro. Rellenar de materia gris y de altura, porque el barniz exterior lo traía muy bien acabado. -¿Y ahora qué?- Preguntaban en la película. Pues ahora nada, a seguir nadando en las palabras hermosas...
Bienvenido. Aquí encontraras apuntes, bocetos e impresiones de una mente atropellada, y son fruto del momento en que fueron expresados. No hay verdades esenciales excepto las del instante concreto: por eso las mantengo. No te enfades si te hieren o parecen injustas pues seguramente lo sean de alguna manera. Aquí se quedan como hijos frustrados. Intenta disfrutar, el objetivo es que algunas palabras y frases te entretengan. Entra.