APUNTES PARA UNA VIDA MEJOR (DE CASI TODOS)

Yo, que amo el fútbol, que soy del Real Madrid y que me gusta que tengamos los mejores jugadores y personas, no puedo dejar pasar la ocasión para decir que este equipo de hoy día no es, ni puede ser, el Real Madrid. La gestión de Florentino Pérez es infinitamente más deseable que las anteriores (Ramón Calderón y Sanz, lamentables ambos dos, con el esperpento añadido del tipo del chorreo), pero la cosa que ha creado es un monstruo indeseable, especialmente en la elección de Mourinho, quizá lo peor que ha pasado por el Madrid en toda su historia. ¿Por qué? Porque no se ha enterado de que el equipo campeón de todo en los últimos años es España, y por lo tanto los mejores jugadores están aquí, y esto es un equipo español, no portugués (¿Que ha ganado Portugal, don José, para traer la caterva de jugadores de este país?). Porque no sólo desprecia la cantera, aunque es un problema secular del Madrid, y no parece normal despreciar una auténtica mina de oro (Mata, Valera y demás jugadores

Dicen ellos que no hay dos días malos y que la realidad se impone. Dicen que la lógica y el tiempo pone a cada uno en su sitio, que a la larga noche le sigue un día brillante, y dicen que cada paso hace el camino. Parece ser que lo que no dicen es que cuando votamos cerramos un poco más la puerta. Porque no hay a quién votar sin avergonzarse. La noche se alarga, los ojos se cansan de mirar negrura.

Que los profesores y profesoras protesten por dos horas más lectivas a la semana, cuando tienen que hacer tutorías, reuniones con los padres, preparar las clases y eso les lleva, por lo visto, más de veinte horitas cada semana, que protesten, digo, parece una broma o una muestra más del ganado ideológico tan abundante en la piel de toro. Que los subnormales de siempre firmen su manifiesto ignorante no es tanta broma, refleja la miseria infinita de los abajofirmantes. Que haya que sentir pena por los asnadores profesionales, cuyo máximo mérito parece ser la creación en masa de ignorantes titulados, y que van a engrosar la fila del paro como todo hijo de vecino, parece una obligación estúpida. Que digan estas fieras del saber que tienen que preparar las clases suena ya a dos posibles hechos: Que ellos mismos sean asnos irremediables para impartir con soltura disciplinas que debieran dominar dormidos, o bien que no saben qué decir para justificar su negativa y rebeldía injustificable. Que

Sinceramente, el día que alguien se moleste en mirar el ideario de los llamados Indignados y escarbe un poco en su capacidad intelectual de dictar órdenes sobre cómo dirigir un país desde la obsesión por dormir y mear y amedrentar en la Puerta del Sol, cualquier referencia seria sobre los perroflautas necesariamente se gestionará con los engendros enclaustrados en algún tipo de establecimiento penitenciario. Eso y el silencio absoluto de los medios acerca de las actividades de la horda. Verás qué paz.

Ya he dicho antes que más que pasar los días, los días se piensan; ¿cómo si no puede uno perfeccionarse y lograr la jornada sin errores?. Fíjate en las novelas de Henry James, donde una conversación corta antecede a hojas y hojas de reflexión sobre la charla en cuestión; de una anécdota breve se saca un catálogo de casi cualquier posibilidad. Así la vida.

Yo, que soy un pobre vagabundo de mí mismo, tengo una verdad. Jamás paso los días, así sin más, sino que pienso los días, cada cosa, cada estímulo, cada palabra masticada. De esta manera el fracaso es exactamente el mismo y quizá más, pero da gusto sentarse a hablar y retorcer los instantes, vitamina esencial de la consciencia. Y el día de mi muerte presentaré al juez supremo la frase más larga jamás escrita en el aire, y espero algo de clemencia, que arriba saben de estas cosas. En fin, largos días de septiembre.