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Mostrando entradas de junio, 2019

LOS BENDECIDOS DE LA ESTÉTICA

Lo peor del procés es la visión de sus líderes: rostros indescriptibles, belleza de país. Igualitos a Suecia. Espejos deformantes del pequeño país. Tiene algo de romanticismo esa revolución de los deformes. Lágrimas dulces por el desfile del burlesco, grotesca procesión.

ORGULLO GIGANTE

Es tan interesante el asunto, la lucha, la reivindicación y esta fiesta hipertrófica como la vida reproductiva de la coliflor. Y no se dice, por si acaso...

DOMINGO

Jesús vino y habitó entre nosotros, es así. Y luego está Pedro Sánchez, entre otros...

VUELOS

Los aviones nos transportan a lugares dónde la soledad es la misma con otro nombre . Ellos.

SALIR LIMPIO

Salir a la mañana del verano joven, la brisa, la fragancia. Salir con la piel refrescada al sol primero, los olores, la luz. Salir con pie nuevo nuevos pensamientos, qué daría yo no sé por volver a salir a la mañana sin miedo, sin piedras que cargar. Los sonidos vivos y secos como siempre debieron ser. Qué daría yo, no sé, por pisar la hierba húmeda y hermosa de la mañana del verano joven.

DUDA

Pongamos que el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios, pero ¿qué hombre? ¿Quién aguantaría siquiera un segundo a la sombra de Dios? Ni los mejores de nosotros alcanzamos a rozar un pensamiento del Creador. Digamos que luchamos, y eso tiene un valor.

LATIR ANGUSTIA

Porque estás vivo crees oscuro el mundo. Cuando te duermas recordarás la luz de tus días, la alegría de muchos pasos. Es cansado negar la vida.

CERTEZA #5

No oigo mis latidos, pero estoy vivo. Sin latidos. El parámetro que nos gobierna somete la ilusión de las personas, que no se oyen respirar. Así vivimos aquí.

EL GRAN ERROR

Yo tenía sueños, pero me tumbé y dormí. Después intenté despertar y los sueños no estaban. Y luego está la vida. Dime qué hiciste tú con tus anhelos, dónde quedaron tus días. Pésima señal.

CIELO AZUL

Y aún hoy busco el azul y el dorado de esos días, y una caricia que no se olvida y las voces, palabras, aliento hambriento que mi espíritu perdió Dios sabe cuándo, y recorro los pabellones abiertos, los jardines de refresco, tantos y tan grandes como el ansia de volver al azul, al dorado de aquellos días que venían con la fragancia de otras voces, otras presencias. Imagínatelo si puedes.