Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2021

La bestia pía

Aunque el barco está encallado y el timón destrozado las gentes se aferran a las ficciones, a palabras susurradas, suenan tan bien. ¿Qué otra cosa nos queda a algunos, que estamos esperando fuera? Pues un sitio caliente en el barco, en cubierta por lo menos. Por eso nos negamos a aceptar que todo es cuestión de dinero, de monedas, y siempre ha sido así. En el fondo, en la forma: cuentos con los que dotar de sentido a la avaricia, palabras engarzadas con propósito camuflado, caballos de madera que ocultan al becerro de oro. Para ti es el caballo hueco y las leyendas. Por eso hacen la estafa a la vista de todos, casi guiñando el ojo. Por eso combaten la prostitución contratando prostitutas o gestionando desde segunda línea saunas homosexuales, porque lo que cuenta es el tweet y no el hecho categórico, explosivo, deslumbrante en su pulcra sencillez. Somos nazis, somos fascistas, somos la escoria del comportamiento moral, somos los que debemos ser corregidos, nosotros que no nos vamos de p

Nuestra vida. Impresión a las puertas de otro año feroz.

  De niño y antes de entrar en la edad de la razón yo recuerdo las caricias de mi madre como regalos sagrados, y cómo lo agradecía sin palabras.  Para un pequeño ser sin propósitos la protección de unos padres, el amor, la confianza y la seguridad eran hermosos privilegios a los que acudir cuando las horas se volvían tristes, la infancia en sus sombras. Así lo recuerdo, así lo guardo entre los tesoros de mi vida. Mis padres, adultos y responsables, se encargaban por mí de dotar racionalmente el tiempo nuestro cuando nos guiábamos, como es lógico y normal, por la intuición y las emociones. Nuestra ancla y ejemplo. ¿Acaso podría ser de otra manera?. A un niño le interesan los juegos, los sueños y las leyendas que su pensamiento desarrolla y los padres, los padres de verdad, se encargan de los demás y ésa es su función. No recuerdo reproches y tristezas de su vida cotidiana (y que me atañía también a mí y mis hermanos) hasta más tarde, cuando alcancé el uso de razón y ya empezaba a mostra