Las imágenes de la infamia no dejan dudas sobre quién alberga el Mal en su corazón y quién no. Horror y cobardía, animales desatados, perros de un dios terrible y blasfemo, mentes derrumbadas en la sangre, bestias sin solución, esto son. Albergue de la podredumbre, luz del irracional, desechos de vida, inútiles groseros, perfumados de odio, esto son. Esto son, los farsantes absurdos en sus mentes absurdas, leche humana derramada en mil crímenes satisfechos por placer, preludio del terror, catacumba del pensamiento racional, carne desperdiciada, ratas humanas inservibles, toscas. Sí, esto son. Vómito de raza subterránea, caníbales del amor, adoradores de estúpidos salmos llenos de bilis, de defecación corporal, detrito de la tierra, gritos rabiosos, cerdos enfermos, indignos de llevar nada que no sea su alma maldita. Esto son. Personas no son, ni ellos ni los que desde atalayas de Occidente pregonan su adhesión a estos remedos de humano contaminados, muertos, inútiles para la vida, y