Cuando vengas, retira tu mano de mi cuello; no vengas a ahogarme, no me engañes ni repares en la ganancia que mis manos puedan proporcionarte. Dime qué ofreces, qué tienes, dime lo que yo puedo ganar con tu reinado. Cuando vengas no me ofrezcas lo que no puedes dar: ofreceme tu esfuerzo y tu capacidad. Ofreceme servicio. Aún así, recuerda que mi vida y mi cabeza valen mas que tú, para mi. Mas que tú, para mi...
Bienvenido. Aquí encontraras apuntes, bocetos e impresiones de una mente atropellada, y son fruto del momento en que fueron expresados. No hay verdades esenciales excepto las del instante concreto: por eso las mantengo. No te enfades si te hieren o parecen injustas pues seguramente lo sean de alguna manera. Aquí se quedan como hijos frustrados. Intenta disfrutar, el objetivo es que algunas palabras y frases te entretengan. Entra.