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Mostrando entradas de septiembre, 2021

UN FINAL

 Sucedió de noche mientras las personas descansan en sus madrigueras. Escuchó unos pasos acelerados detrás en la calle y su piel se estremeció quizá alerta. Los pasos se detuvieron justo antes de sentir frío una, dos y tres veces antes de comprender que su carne era atravesada. Cayó al suelo en silencio. La sangre y la vida se escapaban ávidas; apoyó la cabeza en el suelo y se dejó arrastrar a la inconsciencia inevitable. Y allí tendido quedó en la noche mientras los pasos se alejaban como un insulto. Los sonidos de alguien indescifrable para él, que no le pudo ver o reconocer. En la noche cerró los ojos en falso, sin explicaciones. El resto amanecería feliz o no, pero amanecería a un nuevo día. Limpiaron la sangre y retiraron el cuerpo. No hubo palabras. Se creó un hueco en el ciclo, uno más. Hay mil explicaciones posibles y una sola tumba. Era sábado, por si sirve de algo.   

NAVES NEGRAS

En la nave vamos, nosotros el rebaño guiados por el rey  de los farsantes. Eres un mentiroso y no te importa que se enquiste la brutal losa de tu poder inmenso. Espantosa travesía a la sombra de un dios sin mas atributos que la simple tarea de mentir a los que nada saben de intenciones, de balances,  de las grandes mansiones. Los barcos zarpan igual, uno tras otro, sin control y naufragan  en el mar abierto guiados por el rey de los farsantes. La bruma terca acelera la ignorancia de los corazones. Suenan las horas últimas...

ACABAN

 Los días pasan y los recuerdos quedan en la memoria.  Allí se mueren, se borran y se van. Se borran los días de la memoria, mueren en vida. Se olvidan y se van antes mismo  que la vida. Se van...

DOS DE TRES

 De tres cosas que hay en la vida puedo decir que tengo dos aceptables: salud y amor. Al dinero que le den. Aunque no es menos cierto que la falta del dinero, tarde o temprano, acabará arrasando el equilibrio. Aún así que le den. Todo es un juego perverso que siempre acaba igual. Bajo tierra y sobre los cuerpos.

UNA PRESIÓN DISCRETA

 Así la vida. Sales de mañana limpio, fresco, casi heroico a enfrentar la jornada con una sonrisa y bajas la escalera con empuje en la fuerza de la vida, desbordado de ella. La brisa alegre te besa al salir a la calle, la gente parece protectora y dulce camino de sus afanes y respeta las sonrisas amables. Huele a limpio. Los zapatos no aprietan y el regusto dulce del desayuno persiste en la boca. Eso a primera hora de los días buenos cuando quién diría que una vez más la tristeza volverá a ganar cuando llegue el crepúsculo, y que todos los esfuerzos de ponerle cerrojo a la grisura acaban en el suelo como papeles viejos. Los rostros tornan cenicientos y sombríos y son los hombres y uno mismo los que golpean como conspiradores incansables para derribar cualquier posibilidad de felicidad, esa puta esquiva que a cada vez se evapora antes. Así la vida. Pasan los días entre decepciones y quizás alguna esperanza sutil que parece querer imponerse en el barro y grisura en ocasiones tercas. En e