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Mostrando entradas de septiembre, 2024

NO

  El feísmo como escenario de vida, la insufrible conversación banal sobre temas obtusos y retorcidos, el llanto impostado dirigido a las masas para su anulación, el desprecio a lo que es hermoso y bueno y digno de vivirse. La anulación del pasado en bloque para inaugurar qué. Qué. No.
 La pobreza es un laberinto indestructible; a veces.

AMISTAD EN UN DESTELLO

  -Te veré cuando te vea -Si no te veo yo antes... Gallípoli, de Peter Weir (1981).

LO QUE HEMOS DEJADO ATRÁS

  Se ha perdido tanto...  Es difícil saber cómo mantener la esencia del buen caminar entre las llagas humanas del porvenir. Prostitución en los rincones, dolor del desencuentro, elogio de aquellas jornadas felices y colocadas en su exacto sitio. Y cuesta mucho asumir que nada está, excepto ese amor terrible al Infierno y sus tormentos. No vayas.

LA MAREA

  Lo terrible del mundo actual es que se olvida de todos los protagonistas importantes y superiores que nos han traído hasta aquí. De todos. Y, queriendo cambiar el mundo con nuevos modelos que reivindican a casi cualquier criminal histórico, destruyen el destino cabal de la evolución al invertir los valores y resortes que nos acercaban al mejor orden posible; el intento es mutar a un modelo trastornado que inevitablemente conduce a una pesadilla demente, crisol invertido de las virtudes y aspiraciones eternas del ser humano. Y todo ello con un hedor blando e inconsistente, mensaje y augurio de pesadilla casi presente en todas las capas sociales como pasta pegajosa, febril, repugnante. El caos grupal. Perdemos mucho con el viraje, demasiado; adiós, pues: id vosotros, infelices, al gran colapso moral donde no crece nada, id, dejad la vida calladamente con un soplo frío de muerte.

EL MOMENTO

  Te sientas y reflexionas nunca. El tiempo se esfuma y lo ignoras.

RENACER

 Volver a la vida, ser digno de ella. Ser beneficioso. Todo está por hacer, todo.
 Idiotas a los que os quitan la vida entre soflamas ridículas y sonreís con el alpiste rancio. A vosotros os utilizan para derribar la lógica y ni os enteráis, idiotas puros. El tren ya salió, pero la fiesta, fantasmal y deprimente, sigue.

LA GRANDEZA DEL SOLILOQUIO

  A veces, un simple dibujo rompe los esquemas y nos recuerda que somos únicos en nuestra preciosa individualidad, seres que escapan (porque somos hombres) del esquema masa que quizá aprieta en determinadas épocas, pero no puede quebrar cuán diferentes somos unos de otros, con esas pequeñas chispas mentales que generan pensamientos y actitudes personales e intransferibles que convierten todo en una rabiosa experiencia íntima, de uno mismo y para sí mismo. Existen, sí, los demonios y los traumas, que escarban en nuestra suciedad y pereza, pero no son diferentes de los días lluviosos y como ellos pasan. Al final, está la persona y su pequeño e infinito mundo que resuena en las cavidades de uno mismo como verdades indefinibles, indescifrables y maravillosas. Cada uno en su ovillo crea sus imágenes, ideas, bromas y gestos que jamás serán revelados al exterior del cráneo y, por eso mismo, su valor es incalculable y precioso, como una gema oculta. Entonces, en esos instantes, no cabe duda de

EL PASTOR BUENO

  Echo de menos a Juan Pablo II, mucho. Nos dio agua para el espíritu, luz para el camino, esperanza frente a la confusión, alegría entre los lobos, ejemplo ante la enfermedad. Manantial infinito de mensaje nuevo, dulce, limpio, inspirador. Una vez, siendo niño yo, le miré y él me miró y bendijo: momento único, el mejor de mi pequeña vida. Un segundo brutal para mi espíritu. Hombre eterno y bueno y un regalo de Dios a la humanidad de finales del siglo XX. El mejor Pastor de lo Absoluto y gran divulgador de la Doctrina Revelada, la de verdad que todos sabemos cuál es aunque queramos esquivarla. Un tío enorme y magistral, para entendernos entre pecadores conscientes, que somos legión aunque no se diga mucho. Un tío imponente.  (Y, siendo torpe de redacción, este texto es el más sincero que he escrito, créeme).