Repasando distraídamente las noticias del día, costumbre personal desarrollada a raíz de la pandemia, acabo entrampado en un peculiar efecto que creo provocado por los medios hoy día: la conversión, a través de la lectura, de tranquilo buscador de la actualidad a indignado estructural el resto del día; porque todos y cada uno de los medios -televisivos, radio, escritos en papel escritos en internet, blogs, redes sociales y demás bombarderos mediáticos- insisten tercamente en guiar al receptor pasivo hacia una suerte de bomba ideológica temporizada, radical en su compromiso e intención dogmática, hacia la conversión que podríamos considerar de agentes sociales activos propagadores de verdades que les han sido inoculadas con suave intención y profunda convicción. Lo creo sinceramente. Me doy cuenta del ardid de trazo grueso (y qué no es así hoy día) pero, consciente o no, desfilo junto a mis camaradas porque cada día leo las noticias destinadas a mi sesgo ideológico, y salgo a repartir
Bienvenido. Aquí encontraras apuntes, bocetos e impresiones de una mente atropellada, y son fruto del momento en que fueron expresados. No hay verdades esenciales excepto las del instante concreto: por eso las mantengo. No te enfades si te hieren o parecen injustas pues seguramente lo sean de alguna manera. Aquí se quedan como hijos frustrados. Intenta disfrutar, el objetivo es que algunas palabras y frases te entretengan. Entra.