APUNTES PARA UNA VIDA MEJOR (DE CASI TODOS)

  Y qué importa si todo lo borra el tiempo.

  No ofenden a Dios, se ofenden a ellos mismos con su deprimente odio. Morirán consumidos entre su hedionda bajeza.  Pobres idiotas, sin otro objetivo que hundirse en un vacío moral y desaparecer entre los escombros de la indecencia.

  Todas las virtudes del cine están en esta película. Debes verla. Cine que no volverá, pero que sigue ahí para siempre y para todos. Sencilla en todo su esplendor, modélica en todo su metraje, historia idealizada para que seas feliz un rato. Y tiempo después, cuando recuerdes.

  Lectura, reflexión, silencio; una conversación purísima y callada donde el tiempo se detiene y habla el interior. Hay cosas que requieren la calma para expresarse, que no se pierdan nunca: son la esencia del ser humano como tal. Un rato apenas que nos acerca al verdadero placer, si sabemos elegir bien. Leer es algo más que un entretenimiento, mucho más. Es la revelación del todo. Bendito sea quien lo aprendió desde el principio y supo conservar esas horas tranquilas, personales, profundas. Lo digo yo.

  Todo es grande y silenciosamente vengativo...

 La gente se muere, ¿de qué te extrañas?. Todos nos vamos tarde o temprano.

  Los muertos que ellos no respetan ni cuentan son los que a mí me estremecen. Sencillo.

  A veces soy feliz  con el vuelo de una mosca. No sé porqué sonrío y me complazco con su  errática trayectoria. Hace calor, el sol crece fuerte como un roble.

  Estoy a tres minutos de seguir igual. Increíble.

  Venimos, estamos un tiempo y nos vamos; listos, torpes, felices, desgraciados, completos y estúpidos. Todos. Y los cielos siguen cubriendo la tierra sin preocuparse de nadie. Ah, vanidades...

  Sólo hay un camino y el resto es inútil. Trata de seguirlo.

  Estamos desactivados y eso define nuestro tiempo.

 Dios te concede libertad, el diablo te esclaviza. Dios o el diablo. Elige.

  Hay senderos que nunca se transitan; no los cierres, déjalos. Están por alguna razón y tienen quizá sentido. (Aún te recuerdo a veces, cuando necesito sonreír). (Aún me quema la ceniza).

  Lo que veo en las calles me hace pensar en un colapso tremendo, descomunal. Ay, hermano, ¿qué han hecho con el mundo y con qué necesidad?.

 Puestos a hacer el imbécil sin cortapisas, después de poner en valor (sic) las degradaciones comunes y obsesivas que los adolescentes de la política nos recriminan con saña, deberemos, en un giro sorprendente, visibilizar el uñero. Tal cual.

  El aliento helado de la bajeza moral, las repugnantes punzadas de palabras sucias, el horrible hedor del gran director con su pútrida orquesta. Por todos los rincones encuentras jirones de la antigua decencia, si es que alguna vez la hubo. Pereza... 

  El esternocleidomastoideo, broma excelsa del designador feliz.

  Todo lo que odio y rechazo parece estar imponiéndose; no me rindo y no lo acepto, iré por donde quiera yo aunque me cueste caro, que la vida regulada por otros no es bienvenida jamás. A las ínfimas barricadas de uno mismo.

  Lo inmutable a través de las generaciones es conservar la tradición y perseverar en el legado. Sin fisuras ni debilidades, perfeccionando el desarrollo humano a través de los siglos sobre cimientos sólidos generados por la experiencia compartida y la propia contradicción de cada época. Cada vez mejores en una labor de toda la humanidad.  Todo ha saltado por los aires sin remedio. De esta demencia vanidosa y sentimental saldrá un mundo nuevo, absurdo, desprovisto de lógica. La pérdida es inmensa. Viene el caos.

  'El Jabato', eco de mi infancia que no se borra. "Esa voz..." es la de las cosas bien hechas, útiles, que sirven para la propia vida porque se crearon compactas, con talento y compromiso. Larga vida, Jabato, larga vida.

  "Tengo frío, Walker...". 'Frenético' (Roman Polanski, 1988). Un final en la memoria.

  Hay hojas que no se vuelan con el tiempo, que siguen guardadas para cuando se necesita recordar ciertas cosas a su debido tiempo. Ni la lluvia las borra.

  Ya hay más individuos que personas. Mañana será tarde para todos.

  Duele ver a gente valiosa e inteligente aceptando, aunque en parte, el absurdo que nos circunda, por miedo o por angustia; por equidistancia, esa lacra. O por conservar el estatus. Eso emborrona trayectorias brillantes y lógicas y eterniza el error garrafal de nuestro tiempo, que es la esquizofrenia como motor intelectual científico y casi único. En fin, después de la locura se vuelve al camino, pero se pierden a veces años preciosos para nuestra vida, y nadie los devuelve. Se pierden.

  Las multitudes equivocadas hunden barcos, pero no pueden con las flotas.

  "Sale el sol, y se pone el sol." En esta sencilla frase cabe el mundo y la esperanza de una vida limpia, seca, humana. Una vida lógica.

  Entiendo que unos miserables que se comportan como delincuentes, que gobiernan en contra de la sociedad original y la condenan a sufrir cruelmente la opresión salvaje de la violencia, inquietud y desplazamiento de su propio estilo de vida, se crean con autoridad moral de avisar de que los "otros", los cuales nada han podido hacer ni bien ni mal, son en esencia perjudiciales para la prosperidad que los susodichos criminales indecentes han destruido sin contemplaciones ni escrúpulos. Eso lo entiendo. Pero sobre todo entiendo que los "otros" arrasen en unas elecciones donde se decide entre el abismo establecido y la esperanza de un cambio para no morir en tu propia tierra sin poder siquiera levantar la voz. Así que por una vez me alegro de entender que, una vez visto el rostro de la malignidad, seamos capaces de rechazarlo por pura supervivencia; Francia vuelve, por una vez, a intentar recuperar la cordura. Y nada más: que griten hasta que seamos capaces de ignorar s