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EL LEGADO NEGRO

Puestos a exhumar represaliados, podríamos buscar y dar humana sepultura a los ingentes cuerpecitos masacrados al amparo de la ley, señor juez. Los de hoy y ayer, y desde hace años. Recojamos los escombros, la sangre derramada, y pidamos una revisión de nuestra humanidad. Hoy mismo. Gente tan dulce como Bibiana o Pilar, sedientas de sangre y destrucción, hablan y se mueven con la certeza de su justicia indecente, tan limpias y puras como el cieno, el barro, heces ellas mismas. Triunfa la inmundicia mental, los animadores del holocausto callado. Barcos de matanzas, casas de muerte y hedor vomitivo, tanta miseria al servicio del ensañamiento enfermo, irracional, lamentable. ¿Dónde están, pues, los cadaveres de los que no han tenido opción a elegir su modelo político, qué hacer con la vida, dónde descansar? Víctimas del egoísmo y la ignorancia se amontonan en nuestro debe, legado negro para el futuro. ¿Dónde quedan los cuerpos sin terminar, cuyas madres son alimañas podridas? Y quién hará...

TELEPROMTER

Enciendes las noticias y un presentador muy digno te dice lo que sientes. Es decir, tu reacción a la noticia. Entonces la confusión te invade. Por ejemplo, cae la bolsa; pues nada: un reportero sale a la plaza de castilla o donde sea y planta el micro a todos los indocumentados que por allí paran. Naturalmente, la gente hace lo que ve, y por tanto responden en ese idioma indefinido, cocido a base de frases hechas que nos caracteria y cuyo máximo e incomprensible exponente es Gran Hermano. Así llegará el día en que todos hablemos a golpe de frases hechas, mal hechas, y de nuestra comunicación nazca un nuevo Babel, pues este tipo de jerigonza ya está en las conversaciones cotidianas, y no hay cosa peor que escuchar a personas que dicen cosas por conocimiento fonético y se van hinchando gracias a su florido y pulcro lenguaje, sin saber el inmenso ridículo que su incapacidad oral sufre. Esta erosión es muy propia de nuestra cultura, tan pobre y endémica, que a los palurdos criticones con l...

GRACIAS POR LA IGNORANCIA

¡Ah, compañero, camarada! Cuando no te quede esperanza, cuando el dinero falte y el tiempo aplaste tus miserias, tu necesidad, acuerdate de a quién debes tu decadencia, tu ruina, tu debilidad. Cuando el castillo se derrumbe a tu alrededor, acuérdate del orgullo con que votaste y defendiste tus opciones, pensando quizá que debías tu bonanza al presidente legendario, serio, preparado. Y en esto llegan las horas del subsuelo, la suciedad, la podredumbre, los pasos insolventes y las sombras anidando en torno a tí. Quizá puedas sonreír cuando recuerdes que las fosas están siendo abiertas, sin importarte que con el dinero podrías aplacar tu hambre, mejorar. Acuerdate cuando el dinero destinado a paliar tu derrumbe acabe en manos asesinas, los solidarios abortistas, los ministros criminales de igualdad, los ladrones progresistas. Compañero, recuerda a quién debes tu riqueza, y disfrútala. Millones de almas ignorantes, incapaces, a las que debemos la inmensa suerte de contar con los más capaci...

VIDA

A pesar de la velocidad con que pasan las cosas en nuestro tiempo, lo más curioso (y que define la cultura social hoy) es que la definición exacta de todo se resume en: todo se tamiza en el agua, y dura lo que una palabra en el aire. Así, cada vez se hace más evidente que la modernidad nos proporciona la máxima podredumbre moral, el perfecto conformismo formal y vital y, finalmente, nos da vidas lineales, con la misma perdurabilidad que una pisada en la arena. Se olvidan hasta nuestros prohombres nada más morir, la moda, el arte, el cine, la vida. Fugaz y vacío nuestro destino, nuestras horas, nuestras industrias y sueños estándar.

REMOTO

Arriba en la montaña, existe una pequeña aldea. Sus habitantes, pequeños y correosos, evitan comunicarse, incluso entre sí. Pasan los días entres trabajos de dureza extrema, encogidos como aplastados por el frío y la intemperie, y cada gesto tiene una función. A veces encienden un televisor destartalado y abren sus duros ojos tratando de comprender lo que les ofrece la programación, todos reunidos en una sala de aspecto arcaico, bebiendo vino y esperando quietos a que las imágenes lleguen a su entendimiento, diez o doce personas resguardadas de la nieve y el frío de octubre, callados y arrugados. Los jóvenes escasos que han nacido allí arden hasta que finalmente abandonan la aldea, pero los que permanecen en donde nacieron no se han arrepentido jamás, porque cada segundo tiene sentido, y carecen de ambiciones, excepto comer bien y un jergón caliente y seco, por la noche. Así la vida en la aldea remota.

EL PECADO INFINITO

Es verdad que la violencia doméstica es un crimen despreciable, y no menos cierto que el terrorismo ensucia a los hombres y mujeres que dedican sus energías a este mal. La pederastia da horror, y las formas de matanzas y abusos que este mundo ha perpetrado en diversas formas sociales y políticas -Eugenesia, Inquisición, comunismos varios, nazismo, depuraciones étnicas, religión...- no hacen sino degradar a la raza humana hasta el abismo. Violadores, asesinos y demás tarados son objeto de nuestro rechazo e indignación. Pero el máximo crimen del hombre viene cometiendose hace tiempo en silencio, con la complicidad culpable de todos, y con un extraño lenguaje suave y leve que pasa de puntillas y casi con el dedo en la boca de todos nosotros. Porque somos asesinos, fríos, indiferentes y culpables de exterminar a nuestros descendientes, en la mayor carnicería demoníaca que se ha visto nunca, con un grito mayúsculo en nuestro corazón putrefacto, con la miseria propia del que se levanta por ...