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Mostrando entradas de enero, 2021

NÚREMBERG

Me acerco a Stefan Zweig en Brasil. Las nuevas leyes de la pureza están sobre la mesa, la noche de los cristales rotos y la de los cuchillos largos. Noches negras, oscuras para la raza humana. Viajan con otro aspecto y el mismo concepto. Hay patrullas y ojos goebbelsianos por todos lados, la gran confluencia se acerca, el Pacto del Mal. Las elecciones han dejado de lado la democracia y la libertad es una palabra hueca. Hitler tiene otra cara y se le honra desde la parte trasera del escenario. Reina invisible a sus propios seguidores. La oscuridad. El nuevo orden, la normalidad que no pudo ser. Hoy, quizás mañana. Pronto. La oscuridad, la pobreza y el hambre. La mente vaciada. Sopa de suciedad. Inmensa tristeza. Parezco Stefan Zweig en Brasil, todo está infectado. Dachau, Gulag, dominio, bota alta y terrible. Todos juntos en su voluntad; los campos de trabajo esperan a las personas. Dicen que todo pasó y no es así: siempre regresa con otras formas y estrategias, estaba dormido el dragón

SOBRE LA GRANDEZA DE SER VALIOSO

  Cuando joven yo escuchaba con atención las palabras de mis mayores y las guardaba para mí si de alguna manera me satisfacían; aún hoy uso las expresiones en ocasiones, a veces como broma, a veces como elogio verbal, me es grato desempolvarlas incluso si no salen de mi pensamiento. Una de las expresiones que últimamente me ronda es aquella que se usaba a discreción en mi mocedad en conversaciones de café y charla en bares, en salones cuidados. Porque en aquellos años mucho era cuidado: las casas y la vestimenta. Entonces dos personas, tres hablaban un rato y diríase que eran momentos trascendentales, como sin prisa. Yo oía las frases hechas de entonces entonadas como si fueran nuevas y originales, y realmente sonaban a mis bisoños oídos de tal guisa, si señor. Y existía un instante en algunas de esas charlas de adultos inteligentes y cultivados que para mí elevaba la trascendencia del momento, lo remarcaba con tinta indeleble. Era cuando alguien, hablando de tal o cual individuo decía

DIARIO DE LA PANDEMIA. 20 DE ENERO

 La mascarilla es el preludio del bozal y no lo sabías. Todo es el preludio de un nuevo orden mundial y no hay tiempo para evitar la podredumbre. ¿Qué si no? Estábamos ahítos y debemos vomitar, regenerarnos, ser otra cosa. Porque vino la pandemia y los gobernantes, garantes de nuestras libertades y de nuestro bienestar no supieron qué hacer ¿te lo puedes creer? Ellos con siglos de desarrollo humano volvieron a la prehistoria para solucionarlo, sin tener en cuenta nada más que su sueldo y olvidando a cualquiera de debajo, ésos insectos que pagan o que pagaban la fiesta. Mascarilla y silencio... ¡Era una pandemia! Luego vino la nieve y no hubo caso: todos dentro no hay material, no hay nada. Sólo sueldos para los cargos públicos. Nada queda detrás del escenario, es un espejismo. Vendrá la lluvia el viento y la ventisca, vendrá el granizo el terremoto y la pobreza y no habrá medios, sólo sueldos para los ganadores. Y luego en la tarde del tiempo todo cambiará. Porque la mirada y el ejempl

NADA, DECEPCIÓN

Elisa coge un tren sin destino y sonríe, es feliz. Un tren que tiene por destino la nada y la decepción. Carlos espera en el andén, quiere subir al mismo tren y piensa que todo cambiará si se decide a comprar billete, o eso entendió desde el principio. Carlos tiene sueños y visiones sobre su condición especial, oye los aplausos y las palabras que tienen por destino la nada y la decepción. Albita no sabe si quiere viajar allá donde no se vuelve. Creyó hacer lo correcto pero su pensamiento está fallando y oye voces airadas que intranquilizan sus días y sus noches. Ella no sonríe mucho pero camina cerca de donde las personas dudan. Cogerá el tren por no pensar, es posible que sea feliz a ratos. A ratos con las frases más tristes del mundo.  Elisa coge un tren sin destino. Está completo y todos, a fin de cuentas, viajan solos y callados. Suena el aviso. Hay emoción de víspera, de día grande. Saludan desde el andén personas sin rostro y vuelven a sus quehaceres. El tren sale y se aleja en l

EL SEÑOR GOBIERNA

  Y éste es el trato: lo tomas o lo dejas.  Si lo tomas tendrás sitio en la mesa de tu señor, y yo soy tu señor, y yo gobierno sobre ti y sobre lo tuyo y no se discute, nadie lo discute y tú tampoco. Fíjate que estarás en la mesa, recibirás tu parte y darás gracias por lo que yo decida proporcionarte. Brindarás por mí y hablarás cuando te sea concedido. Tu parte es exigua, tienes prohibido quejarte pues hay muchos delante de ti y eres sospechoso. Comerás algo y agradecerás las migajas del resto, que son generosos y limitan el hartazgo para mantener vivos a otros. Vivirás si lo permito, pensarás lo que yo diga y tu pensamiento es mío. Yo soy el señor, el amo, el director y todo es mío, y todo lo que concedo es por mi gracia y mi designio. Mis opiniones son ley. Tú eres mío para siempre. Si lo dejas vivirás apartado de mi influencia y te reduciré a cenizas. Serás un silencio, una bruma apenas que camina en los límites y no se ve. Tu voz no existirá, nunca naciste y vivirás el tiempo que

EN UNA BARCA INSIGNIFICANTE

  Pude haber escrito historias o novelas y ensayos dignos de ser leídos, pude escribir hasta el asombro frases memorables y giros sorprendentes sobre el blanco inmaculado; crear imágenes, estimular tu pensamiento: eso pude hacerlo. Pude también, qué se yo, levantar al público en las gradas gracias a mis goles en partidos intensos y en las noches importantes, pude ser futbolista, o al menos intentarlo. Pude ser pintor, o aventurero, pude desarrollar una profesión determinada y seguir ese camino de perfección que dan los años, todo pude haberlo intentado: ser músico o agricultor o periodista o político. Pude ser un hombre con desarrollo. Ferroviario, soldado, vendedor, banquero, director de cine, crítico de cine, tenista, político... quien sabe.. pude ser algo definido. Ay, mientras la tierra orbitaba alrededor del sol yo orbitaba alrededor de la indefinición y la indolencia; porque yo, sábetelo, pude ser muchas cosas y no hubo caso y nada hice excepto ver pasar los años iguales como ima