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APOSTASÍAS

El señor alcalde de Rivas ha abierto una oficina de apostasías. Hay una viejarras de 77 años que será la primera en apostatar. Conclusión: El señor alcalde es un lerdo babilónico. Los jueces han dado la razón a una madre que objetaba Educación para la ciudadanía, y Manuel Cháves ha llorado y pataleado. Conclusión: Es tonto, y no sólo lo parece. Zapatero se rodea de los artistas para pedir el voto, y uno dice que los otros son idiotas, entre otras gracias y favores. Conclusión: La crispación es negocio redondo. Acuse usted a los demás y menosprecie, insulte, mienta y patalee, mientras haya leyes absurdas que no avanzan la prosperidad general sino la satisfacción caprichosa de los menos, y tendrá un país de izquierda en la mochila, que se supone que es España. Y mientras sea de izquierdas, la mentira sobre mentira crecerá y lo que sucede es que no es de nada sino de burros y analfabetos inútiles. Y votan todos. Y votan mal.

UN COMERCIAL

Hola de nuevo, amigos estándar. Siguiendo la pauta habitual de especies humanas de escombrera, hablaremos hoy mismo de los comerciales, esos individuos de edad indefinida y afanes voraces. Lo primero que hay que saber es que los comerciales se dividen en dos tipos: Graciosos y desconcertantes. Los graciosos son los vendedores máximos, carne de estadística y voz de flauta atiplada que utilizan siempre las mismas bromas y se ríen sin venir a cuento. Su alma es negra y no dudan en pisar a compañeros y amigos con tal de vender una piruleta. Guardate de ellos. Por su parte, los desconcertantes son aquéllos que una vez aceptaron un trabajo de comercial y desde entonces penan por las aguas procelosas de vender lo invendible, y cada mes es una agonía. Ambos especímenes tienen una característica común, y es que nadie les hace caso. No tienen ventajas fiscales, no tienen paro, no tienen aceptación social fuera de su círculo y, sobre todo, no tienen ni idea de porqué están sobre la tierra ni de s...

CAMBIO DE LUZ

El aire se esfuma y vuelve, tiene las horas contadas; trae voces y risas absurdas. Hace frío y las nubes oscurecen la fuerza de un sol en retirada y tenemos la ciudad en sombra. ¡Cómo corren todos, afanados en desmanes y trabajos reptantes! ¡Cómo informan de las caídas y subidas de la bolsa incomprensible! Andando en cadena asentimos, porque han subido la luz y el teléfono y el gas y el pan, pero no debemos preocuparnos, estamos en occidente, donde hay de todos para todos. Luego miras arriba y es la misma luz de siempre, tan sutil que apenas come la piel, y diríase que cada cuerpo es un mundo y cada mundo no desvanece. Hay un cambio de luz que significa rearme de parejas. No hay parques donde llorar en silencio, en esta ciudad.

ESPERAR

Lo malo de esperar es darse cuenta de que mientras tu ansiedad crece, existe la posibilidad del silencio; es tener la certeza de que no hay nada que esperar, excepto un tiempo de expectativas frustadas, dilatándose, borrándose, muriendo olvidadas. Lo malo es saber que esperas en vano, y no poder abandonar.

EL VERANO PRIMERO

Ella apoya suavemente la cabeza en la toalla y deja que el sol poderoso de agosto acaricie su piel. A su lado un muchacho llena el pensamiento de emociones sin nombre y se acurruca mientras de soslayo se maravilla con miradas breves. Tiene el pelo rubio y brilla; sorprende el color dorado del cuerpo tan joven y formado, con el esplendor femenino ya mostrado, por eso el chico se asusta y ella sonríe. -¿Cuando te vas? -Mañana temprano, a las seis. Mi padre vuelve al trabajo -Dentro de tres días volveré yo -¿Me llamarás? El mira hacia el mar y respira, buscando aire no inquieto. Piensa en los labios de la chica, no puede evitarlo. Lo demás le da igual. -Te llamaré, claro... Y no tiene más palabras, y ella calla. No se atreven a romper el ansia del anhelo, tan grande como la tierra, y más perfecto. Tanta imaginación, tan limpia que diríase que el amor puede ser así, puro y fresco. Delante como la orilla se extiende ante los dos la vida vacía casi, esperando que cada uno de ellos rellene s...

HISTORIAS QUE ME CONTARON

A mí me han gustado siempre las historias, especialmente aquellas en las que el sujeto principal pasaba mil y una dificultades hasta el desenlace. Perdido, perseguido, viajando oculto, con hambre, sed, frío, calor, lo que sea, soledad. La soledad del objetivo, eso es. El espectador, o lector, pasa penalidades sin cuento junto con el objeto de su interés. Bebes agua cuando la sed abrasa al héroe, paras a comer porque resulta insoportable ya resistir la penalidad del otro; cosas así hacen de la historia una aventura perfecta de la mente, una vida extra alejada de todo. Un placer muy grande, que deja en la cara una sonrisa secreta de casi alegría, casi felicidad. Es en esos momentos donde uno se da cuenta de que la vida, como tal, merece vivirse, sentirse, cambiar. Quizá algún día, como esos héroes entretenedores de nuestro ocio, seamos capaces de desandar el camino y, tras pasar calvario de insolente sufrimiento con determinación, volvamos a lo que una vez oímos que debíamos ser y hacer ...

Y SI NOS VEMOS

Nos vemos luego, cuando pase este invierno infinito y cruel, sí señor, nos vemos luego. Nos vemos después, dentro de un tiempo, y tú me contarás cuánto has vivido y sonreirás mientras recuerdas lo poco que me decías y todo lo que callabas por no herir. Nos vemos en los árboles crecidos en la primavera del mundo, nos sentaremos al sol y veremos qué ha sido de nuestras cuitas y nuestros anhelos, y quizá lloremos mientras la tarde enrojezca y nuestros labios se sequen de tantas confidencias. Habrá un sillar justo y cruel que no temblará al dictar sentencia, y pediré hablar un tanto para no morir sin saber de áquellos a los que despedí abruptamente, antes de cumplir. Nos vemos luego, campos interminables de alegría plenamente alegre donde corren hasta avergonzarse las ideas del ayer, sí, nos veremos allí pronto y habrá saludo y voces y el término de los interrogantes. Yo seguiré amamantando la memoria un tiempo y luego también marcharé, andando despacio y por senderos inciertos; el aire se...