A menudo me pregunto cómo es posible que las personas que viven en el mal pueden despertarse cada día con los mismos defectos, con el mismo cinismo, con la misma maldad viviendo con ellas como sanguijuelas mentales, indestructibles. Cómo, sabiendo objetivamente que practican y abundan en la infamia, no ven la luz y abandonan sus miserias contritos y desvelados por su éxito criminal. Cómo se puede perseveraR en el error siendo personas más o menos pensantes, con éxito y con relevancia. ¿No se dan cuenta o no quieren darse cuenta?. Y, lo que es peor, ¿no les da vergüenza ninguna?. Pues se me ocurren dos respuestas: En primer lugar resulta que el camino del impostor es lo que le convierte en el pequeño triunfador que es, y por lo tanto el abandono de éste conlleva sin remedio al fracaso, al anónimo que todos llevamos dentro, a la célula irrelevante dentro del torrente, menguando hasta la muerte. En segundo lugar, resulta que yo mismo me despierto cada mañana con las mismas conviccio
Bienvenido. Aquí encontraras apuntes, bocetos e impresiones de una mente atropellada, y son fruto del momento en que fueron expresados. No hay verdades esenciales excepto las del instante concreto: por eso las mantengo. No te enfades si te hieren o parecen injustas pues seguramente lo sean de alguna manera. Aquí se quedan como hijos frustrados. Intenta disfrutar, el objetivo es que algunas palabras y frases te entretengan. Entra.