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A LA DERIVA

No hay más tonto que el que no aprende, no hay mayor desastre que el de vivir en un país aplatanado donde los inútiles se mantienen alentados por las masas de cabezas petrificadas en una idea absurda, pura fachada y absolutamente conservadora. Que un gobierno surrealista y absurdo mantenga, después de tres años largos de despropósitos y errores un colchón de votos como el que ha reunido el socialismo zapateril nos indica el penoso estado mental de los españoles. Porque si bien resulta lógico admitir que las alimañas batasunas sigan teniendo votos podridos y votantes tarados (enfermos tiene que haber en cualquier sociedad) y los nacionalistas aldeanos aglutinan los desfases mentales de catalanes, gallegos, vascos y demás, me resulta incomprensible que haya una sola persona en este mundo, una persona de bien, que lea, que se preocupe de saber qué es lo hace que una cosa esté bien hecha y qué la convierte en una parodia macabra, que sepa mínimamente -¡Mínimamente, eh!- el momento en que e...

TRANQUILISMO Y DERIVADOS

Una expresión típica de estos tiempos es la referida a estar tranquilo; uno espera el autobús y como no llega empieza a moverse y, si está acompañado, soltará unos cuantos sapos y culebras hasta que el acompañante, guapo o feo, hombre o mujer, como guiado por un soplo celestial, dirá: -Tranquilo, ya vendrá... ¡Como si sirviera de algo! Pero es un pie para el nervioso, medicina salvadora, pues la verdad es que tranquiliza. Uno llega al lugar de trabajo y recibe una bronca del superior o se encuentra todo patas arriba, con lo que inmediatamente comenzará a moverse en dirección ignota y a gesticular, y ya se sabe: -Tranquilo, conserva la calma... E intentas conservarla, cosa imposible por demás, pero bueno. Con todo pasa igual, un restaurante que tarda en servir o atender, una tarjeta de crédito que no pasa por el datáfono, unos zapatos que deseas y están agotados y te quedas sin ellos, una respuesta que no llega, y así siempre cada día, al menos una vez, llega a tu cabeza la frase o pala...

UNA TIERRA NUESTRA

Cuando uno viaja fuera de su hábitat, lo primero que hace es comparar lo que está viendo con lo familiar de su ciudad, de su barrio, de su entorno, y normalmente es inmediato echar de menos lo habitual. Las personas parecen diferentes, de costumbres casi severas o tristes, sin chispa, cuando uno sabe realmente que no son ni mucho menos distintas ni sueñan con otra perspectiva; en un mundo globalizado como es el nuestro las almas son gemelas en puntos distantes del planeta, pero nuestra nostalgia impide percibir con nitidez esta realidad. Si entras en internet es diferente, con otro aroma, si te comes una hamburguesa en burguer king o macdonald's tiene otra textura, el aire huele extraño, los rostros de los transeúntes no expresan nada de lo conocido, lo acostumbrado. Y la inquietud desluce el viaje. La ciudad de uno es como sus zapatillas de andar por casa, encaja a la perfección, y aun sabiendo que hay lugares mejores tu mente te seduce para que permanezcas atado al lugar eterno q...

RELACIÓN DE REALIDADES

Lo peor de todo no es desconocer de dónde venimos y a dónde vamos, más bien porqué venimos de donde vamos en cada vida que se planta sobre esta desgraciada tierra. Tampoco somos polvo, sino el olvido de una raza improbable, arena y nada más. No un minúsculo grano dentro del universo, sino un universo minúsculo lleno de granos. El tiempo no es relativo, relativo es el tiempo concedido a cada hombre, pues el tiempo es totalmente insuperable. Mis circunstancias son mi yo, el yo no existe como tal. Dicen que el 60% del cuerpo es agua, pero lo real es saber que el 40% del cuerpo son impurezas del agua. Sólo ser, que es un verbo. Finalmente llueve sobre la tierra, y no es más que vómito de los cielos por nuestra fétida presencia/ausencia, y el hombre no es un lobo para el hombre, es un esclavo. No somos en verdad animales sociales, somos socios/sucios animales, y las especies evolucionan cuando desaparecen y nunca antes y nada es relativo y todo es absoluto. El universo no se creó con una ex...

LA ÚLTIMA BOMBA

No es un chiste, no. Dice Sarkozy que admira a Zapatero. Uno, Francia debe votar a Paco Porras. Dos, si gana Sarkozy, entre los dos montan el Nuevo Frente Farabundo Martí o un circo de seis pistas, no sé. Tres, ¿Eres tonto, franchute, o qué? Cuatro, a ver que dice Rajoy de estos cuernos. Ya está.

BATALLITAS DEL VIEJO PROFESOR

En su columna habitual de el diario El Mundo, el académico de la lengua Ansón reproduce una supuesta carta de Zapatero a Fidel Castro al calor de la última visita de Moratinos a Cuba. Dice que se la han pasado infiltrados que conserva de cuando organizó la agencia EFE en La Habana allá por los ochenta. Porque Ansón reflotó el ABC, organizó la agencia EFE, restauró la monarquía y la democracia y salvo a nuestra lengua española de la desaparición, entre otras gestas. La columna del Luis María se llama Canela fina; canela fina es la carta, que parece escrita por un comunista adolescente y confuso de cuando Stalin organizaba purgas. Si fuera verdad que Zapatero es exactamente el tipo de estúpido que escribe todas esas sandeces babeantes y pelotillas que el texto contiene (y creo que es capaz de tonterías más grandes, pero no esta misiva de sainete barato), es el fin de España y del mundo, pero lo que pasa es que Ansoncillo se ha pasado de rosca varias vueltas. Como periodista nunca ha sid...

NUESTRAS PROPIAS MENTIRAS

Una de las claves sociales de nuestro tiempo, la primordial diría yo, es la mentira; antaño pecado mal visto, falta imperdonable, defecto estigmatizador del individuo, hoy día es el pan moderno de las relaciones sociales. No se trata de mentir bien o mal, simplemente mentimos a cada ocasión dada para ello, y en el siglo XXI la ocasión es continua. Veamos: el pasado siglo, del que realmente no hemos salido aún, se caracterizó por la deformación universal de la realidad; piénsese en todas las atrocidades que decían unos países de otros, unos políticos de otros, unas facciones de otras. Naturalmente, nadie las creía, excepto los pobres de siempre, pero esos son otro cantar. Con todo, la mentira de antaño tenía un regusto hogareño, simpático, y su propia deformación resultaba entrañable. Hoy no sabría uno dónde está la verdad de cada cosa debido a un sinfín de informaciones contradictorias que recibimos segundo a segundo si no fuera porque tenemos un chip que no informa de dónde está la ve...