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Mostrando entradas de febrero, 2016

AYER HEROICO, CLARIDAD

Hablemos, amigo, de la memoria. Recuerda las suaves tardes, cuando las horas, detenidas, eran tranquilas y casi pacíficas. Recuerda los olores y las voces de los que marcharon, esa tranquilidad que sólo proporciona la confianza absoluta, la protección de las gentes buenas, tan callada, tan benéfica. Esto es de cuando un coche rodaba al amanecer en busca de la comodidad bajo la lluvia, y las reglas eran sencillas y claras como los ríos de nuestra infancia. Sus palabras eran espadas de inteligencia, profundas y verdaderas. Sus actos perfectos se adherían al alma y la elevaban no en el momento, sino después cuando las sombras llegan. Al cabo de los años tanto bien se mantiene en mi memoria, porque una vez hubo gigantes, igual de fuertes que las fieras, una vez hubo lucha y tesón y palabras tercas frente al muro de los locos. Estas gentes eran el dique y el bien. Recuerda las mañanas tempranas, cuando la niebla se abría paso entre las calles y pasaban personas arriba y abajo en un tej

NO ES ASÍ SI ASÍ NO ES

Y un ejemplo de este proceder vergonzoso y falto de rigor fue la conocida foto del niño Aylan Kurdi el pasado verano, con el consabido festival de reproches, interpretaciones ventajistas y, al cabo, una parodia de lo que debería haberse convertido semejante aldabonazo para las sociedades libres de verdad. Esa foto con toda su carga humana no puede hacernos olvidar que una pequeña vida, preciosa para todos y cada uno de nosotros, vital incluso, esa vida no puede quedar así como así en una excusa para eslóganes ridículos. Su muerte dice muchos de nosotros, demasiado. No se trata de culpar a la infame Europa o el horrible occidente de este hecho. Porque la realidad es que no sucedió aquí, sino allí; por lo tanto, el mal que ha acarreado esta desgracia debe combatirse en origen. Si te quitas el disfraz ideológico podrás comprenderme: no es el capitalismo ni el comunismo ni Rusia ni el Estado Islámico, ni siquiera es el infame Al-Assad con su idea de que Siria es suya y nada más, no. Es

¡Y ES POSIBLE!

Pero me gustaría de verdad que todos pudieran tener su altavoz, blancos y negros; café para todos, que dijo aquél.  Que los medios de comunicación sean como quieran ser, y que las personas tengan acceso al que se sientan más afines, mas cómodos. Que los artistas lo sean en libertad, sin ataduras ni compromisos; que el compromiso sea con su conciencia y nunca con favores o servidumbres. Que los sindicatos crezcan en todas direcciones, que se vean, que no haya una persona que no pueda elegir. Que haya leyes justas y se hagan respetar, a los que pagan y a los que reciben la paga.  Que todos tengan claro hasta dónde se puede llegar y, sobre todo, qué consecuencias trae el saltarse las normas básica de convivencia. Que sepamos cuál es la ley y sus límites, tras los cuales no es posible la libertad ni la pluralidad. Que podamos tener todos la prerrogativa de no pagar asuntos que no nos conciernen ni moralmente aceptamos, que los impuestos de ciertas cosas los pague quien quier

¡NEOFRANQUISTAS!

Me gusta que haya poco impuesto y que se fiscalice muy bien dónde va cada euro público, y me gusta que se cumplan las leyes y que sean justas y razonables. Me gusta que el aparato del estado sea pequeño y muy poderoso y me gusta que el servidor público lo sea de verdad, no agente de sí mismo ni carga para los demás. Me gusta que los empresarios crezcan y me gusta que se les trate con justicia y sean vigilados con sus obligaciones. Me gusta que los jueces sean garantes de la ley y castiguen a quien no la cumple y me gusta que se guarden su ideología cuando imparten justicia. Me gusta la ley de la oferta y la demanda y el imperio que premia a los valiosos y liquida a los improductivos, sean empresas o personas. Me gustan las cosas ordenadas y muy simples y me gusta saber qué debo hacer para no caer en la ilegalidad. Me gusta la pluraridad siempre que no se meta en mi privacidad y me obligue a comulgar con lo que no siento, me gusta la pluralidad liberal y no excluyente. Me gusta que l

ESCRACHES DESCONTROLADOS, GENTE QUE RABIA

Me encanta ver a la masa amorfa e hipercrítica a la que han atiborrado de soflamas anti-todo para adocenarlas y utilizarlas en derribos sociales variopintos y directamente criminales revolverse y destripar a sus agitadores. Me entusiasma contemplar a los repelentes podemitas asediados por aquéllos a los que apelaban para traer el paraíso a la tierra. Si dos mas dos son cuatro porqué extrañarse de que ahora sean cinco, digo yo. Ellos dijeron cinco y alguna gente los creyó. Lo bueno, y esto me reconcilia con la tribu permeable que tanto mal ha traído y tantas oportunidades perdidas nos han obligado a dejar pasar, intoxicados y cándidos, tan útiles al manipulador. Ellos dijeron que cualquier acción es válida si no aceptas, dijeron que teníamos derecho a destrozar el tablero si no nos gustaba, dijeron en el fondo que la ley no es más que una trampa para alcanzar el paraíso, y los otros dijeron bien, pero ahora no nos gustas tú, y nos has enseñado a sacar los dientes y a amedrentar por

LA DESIDIA Y LA OPORTUNIDAD

Hace más de veinte años se habló de reformar el sistema electoral, se habló de dar independencia a los jueces y, en general, al poder judicial, se habló de regenerar el sistema, se habló y no hubo nada. Hace más de veinte años. Hoy se habla de lo mismo, con la extraña circunstancia de que los actores de entonces están jubilados, retirados o simplemente están muertos, excepto Rajoy, que sigue aquí. Y, en la sombra, alguno más que no se va, no se va... Entonces hay que entender que el debate se mantiene por puro interés, una especie de agarradero para la oposición política de turno, su comodín fácilmente usable cuando no se sabe qué ofrecer a los votantes; esta extraña circunstancia provocará que durante los próximos veinte años se siga poniendo sobre el tapete de las urgencias la necesidad de regenerar el sistema, y con ésta trágala la gente, el pueblo, el votante tiene carnaza ilusionante para los momentos en que, presa de la perplejidad, no sepa muy bien por donde van los tiros

COMPRENDER EL NUEVO ARTE

Comprender el arte, sentir la suave pulsión de la insoportable sensibilidad. Hablar con genios de igual a igual, tener conciencia de la propia grandeza y mantener la cabeza fría ante tanto calor, tanta herida de luz. Comprender a Dolors, insigne poetisa de altas miras, rebajándose a actuar ante zafios público de ayuntamiento, más preocupados de los canapés que del alimento del alma. Comprender a Dolors, uterina febril, belleza clásica, joven y hermosa incapaz de abarcar tanto genio de barrio, palabras eternas. Comprender una vida dedicada a la enseñanza como simple profesora, desequilibrando los tenues equilibrios entre la locura y la trascendencia. Feminidad, combate. Comprender el nuevo arte que se abre paso a golpe de dinero público, comprendedlo, perros. Blasfemia y procacidad al servicio de contratos fáciles, cheques públicos, escándalos de antaño, lejos y viejos. Viejas llorando escandalizadas, niños enloquecidos en la aulas del nuevo saber. Titiriteros, vaginas, horror in

LOS PRINCIPIOS Y LOS FINES

La dimisión de Esperanza Aguirre, esperada y deseada por muchos, supone un cambio drástico, severo, del panorama político; por una parte su partido entra ya en el terreno de lo intrascendente, pues por muy dignos que se presenten a la opinión pública los nuevos amos del correaje conservador, lo cierto es que el nivel de las filas del partido es sencillamente tenebroso. Y en ese sentido Aguirre era y es una de las últimas de su especie: capaz y preparada de verdad para pilotar gobiernos y destinos políticos. Con éxito, se entiende. No estoy hablando aquí de políticos veteranos, no: estoy hablando de gente capaz. Arenas es veterano, pero es incapaz y por supuesto sigue en la brecha. Las nuevas generaciones, personificadas en Pablo Casado, dicen mucho del nuevo modelo político del PP, gente que que habla como los ángeles de una manera entre eficaz y estándar, pero cuyo fondo gestor parece nulo; un poco como Redford en El Candidato... Y el partido que un día tuvo en sus filas a Gregor