España es una cleptocracia casi modélica con apariencia de monarquía parlamentaria, de tal forma que cuando nos convocan a urnas lo que votamos es el grado de latrocinio que deseamos sufrir. De igual manera que se elige un color de jersey en la tienda sabiendo, por ejemplo, que el rojo destiñe más y el blanco saca más pelotillas, el votante de derechas sabe que le van a robar quizá menos y la presión al pensamiento es relajada, el votante de izquierda asume ser masivamente desvalijado y, de propina, sufre un bombardeo sobre su mente por cosas que al final le importan un pimiento. Y nada más sencillo que esta estructura social, fácil de mantener y extraordinariamente lucrativa para hordas de profesionales que viven a costa de la sangre y los sacrificios de los demás, los que pagan tributos no una vez ni dos, sino siete u ocho veces por el mismo concepto. Los que pueden se escapan a Andorra y más allá, y los que no sostienen a costa de su propio bienestar el sistema. Y es maravilloso
Bienvenido. Aquí encontraras apuntes, bocetos e impresiones de una mente atropellada, y son fruto del momento en que fueron expresados. No hay verdades esenciales excepto las del instante concreto: por eso las mantengo. No te enfades si te hieren o parecen injustas pues seguramente lo sean de alguna manera. Aquí se quedan como hijos frustrados. Intenta disfrutar, el objetivo es que algunas palabras y frases te entretengan. Entra.