APUNTES PARA UNA VIDA MEJOR (DE CASI TODOS)

Reina el silencio esta noche, las nubes se dispersan formando alegres dibujos en el aire seco y fresco. Cerca de allí nace todo; los que una vez nos acompañaron se acercan riendo confiados. Iremos pronto al calor de la humilde morada a rendir pleitesía con ansiedad. Vente, no te alejes. Conforme te separes del punto necesario el dolor crece, el vacío se impone severo, y la noche es triste como cualquier otra, y nosotros necesitamos calor y cobijo como cuando niños. La suavidad es extraordinaria.

Hay una luz tremenda acercándose, una verdadera. Hay señales en el aire que cambian los caminos. Hay tensión de noche grande, gran esperanza. ¿Veis al hombre? Es un Dios gigante y poderoso que habla palabras completas, dice lo que no se ha dicho nunca, lo que necesitamos y amamos, lo que permanece inmutable hasta el final. Hay una luz grandiosa acercándose, llegando: Decid, ¿qué esperáis, ciegos,  insensatos, a dejaros irradiar por su calor?  ¿Cuándo ayudaremos a difundirla? La luz presente siempre, siempre completa. La luz inacabable.. 

La emergencia climática terminará cuando todos levantemos el puño al dictado de la hoz y el martillo. En ese momento comenzará la emergencia vital de cada uno de nosotros, en busca de la libertad y de la vida. Ya lo sabes.

Como siempre irás a callar la voz cuando las palabras estén dichas, entregadas en destino; ésa es la tragedia del asesino, que convierte la derrota en una espléndida victoria. Siempre ha sido así. Y una palabra expandida no se acaba nunca, nunca, nunca.

Mis niños han vuelto a casa y duermen; el mundo comienza a girar en perfecta, simétrica belleza. Ellos duermen cerca y yo sonrio por mi suerte.

Puedes sacar a todos de su descanso, bestia, puedes mentir hasta reventar. Lo que no evitará que éstos que aplauden ahora se pregunten mañana dónde está su bienestar. En realidad estará tirado entre las tumbas de antiguos rencores. Disfruta. Parece un pequeña infamia, casi infantil, pero es la marca de la bestia, azote de nuestros días, ídolo de los desechos mentales.

Cuando joven volví demasiadas veces en la madrugada borracho, o peor. Con la sombra del corazón dolido por la edad absurda y negativa. Celebraba cosas efímeras en aquellas salas tan alegres como tristes, tanta era la ilusión y tan grande la pena. Era importante estar y reír y bordear el ridículo en sesiones extrañas y fracasadas siempre: así la juventud heroica cuando joven. Grandes voces y grandes bendiciones, palabras vacías que significaban universos. Y yo, gritando borracho volví las madrugadas sabiendo que justamente esas noches calientes en invierno y ardientes en verano eran necesarias y también inútiles, una farsa primordial. Y luego dormía tranquilo en casa, en casa. Luego, más adelante, empezó la vida. La realidad.

Eres tú o nadie. Esto facilita cualquier duda porque es una certeza. No cabe mayor logro. Es amor, sin embargo.

El tiempo mata la esperanza, la felicidad, el amor y la fe. Pero qué hermoso es tenerlo avaramente, poseer todo. Retenerlo.

Así hablaba yo entonces, cuando protegido por gigantes; qué engaño ignorar los pilares que me elevaron, qué triste presunción. Fuesen las personas y quedé al desnudo, tan pequeño como pueda ser un hombre. Pero resultó, si, un placer sostenerse sobre aquello que elevaba mi valor, mi fe. Fuesen los gigantes y quedé igual que un suspiro y, sí, mereció la pena. Ahora lo sé.

El tiempo es viento en la montaña. Brisa entre los árboles. Rumor de río, arena de playa. El tiempo es agua que corre, tan rápido y no se bebe ni refresca. Suspiro de un segundo. Dile al tiempo que estuve, díselo. Dile que conozco la espuma en la orilla y la cresta en alta mar y el sol y el frío de las ausencias. El tiempo es ese perro que roba todo hasta saciarse, día a día. Díselo.

Cuanto más se acentúa el calentamiento global, mis huesos se enfrían y sufren. Mis huesos, empero, no conocen a los sabios y científicos que demuestran la catástrofe; al contrario, mis huesos, que no saben de comisiones, ignoran y desprecian estas teorías y buscan el calor. Hace frío.

Y luego está la vida sin tregua. Y no manera de calmar sinsabores, batallas, derrotas. Mañana.

Los zanahorias dominan parte del mundo... ¿Por qué?

En realidad no se trata de salvar el mundo; la mayoría de nosotros está lejos de esto, tan pequeños. Aún así nos intentan empujar para manipularnos, para prepararnos a ser homogéneos, blandos a sus designios. Si te lanzas a salvar el mundo te condenas tú y condenas al mundo. Si, por el contrario, dedicas tus afanes a tu mundo, a lo que te rodea, y lo salvas, todo irá mejor: pieza a pieza las cosas volverán a su orden natural. O eso pienso yo, que odio la manipulación de la progresía incansable. Tu mundo es tu libertad. Lo otro es servir a los demonios.

Y así van, con la ideología a cuestas por todas partes, con el manual grabado a fuego sobre quién es despreciable y quién no. Todos los días, todas las horas con las mismas falacias y miserias que nacieron viejas. Es fácil. ¿Creen? Es dudoso.

Fui a la casa del padre y recorrí las habitaciones vacías, estériles. Lloraba lágrimas quedas por no quebrar silencios. Pues no quedaba nadie ni las voces alegres de antaño. Nadie. Donde tú habites yo habitaré, donde tú quieras escucharé tu voz, padre. He roto mis promesas y aumentado mis culpas: dame tiempo y llegaré dónde estás, si quieres, porque tu casa se ha convertido en un recuerdo y no volveré a ella. Está vacía y amarga, apenas humo de cuando éramos juntos. Tu casa.

Sale a la calle compungido, arrugado; cada paso es un triunfo contra el pánico a los demás, a todo. Camina como herido y sin duda tiene todo el honor de la buena gente, pues sus actos fueron grandes. Un ejemplo.

Suave es la hora contenida que no da fruto , que se esconde bajo el peso del tiempo improductivo y provoca nostalgias sin motivo; balsámica inútil dejadez, ebriedad de intrascendencia: sin embargo deja fresca el alma y nos acerca  al infinito. Un buen legado.

Persisten, no se van. Permanecen indelebles en la mente y en las paredes, en el suelo, en la cabeza. En el suelo y en la cabeza.

Lo peor del procés es la visión de sus líderes: rostros indescriptibles, belleza de país. Igualitos a Suecia. Espejos deformantes del pequeño país. Tiene algo de romanticismo esa revolución de los deformes. Lágrimas dulces por el desfile del burlesco, grotesca procesión.

Es tan interesante el asunto, la lucha, la reivindicación y esta fiesta hipertrófica como la vida reproductiva de la coliflor. Y no se dice, por si acaso...

Jesús vino y habitó entre nosotros, es así. Y luego está Pedro Sánchez, entre otros...

Los aviones nos transportan a lugares dónde la soledad es la misma con otro nombre . Ellos.

Salir a la mañana del verano joven, la brisa, la fragancia. Salir con la piel refrescada al sol primero, los olores, la luz. Salir con pie nuevo nuevos pensamientos, qué daría yo no sé por volver a salir a la mañana sin miedo, sin piedras que cargar. Los sonidos vivos y secos como siempre debieron ser. Qué daría yo, no sé, por pisar la hierba húmeda y hermosa de la mañana del verano joven.

Pongamos que el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios, pero ¿qué hombre? ¿Quién aguantaría siquiera un segundo a la sombra de Dios? Ni los mejores de nosotros alcanzamos a rozar un pensamiento del Creador. Digamos que luchamos, y eso tiene un valor.

Porque estás vivo crees oscuro el mundo. Cuando te duermas recordarás la luz de tus días, la alegría de muchos pasos. Es cansado negar la vida.

No oigo mis latidos, pero estoy vivo. Sin latidos. El parámetro que nos gobierna somete la ilusión de las personas, que no se oyen respirar. Así vivimos aquí.

Yo tenía sueños, pero me tumbé y dormí. Después intenté despertar y los sueños no estaban. Y luego está la vida. Dime qué hiciste tú con tus anhelos, dónde quedaron tus días. Pésima señal.

Y aún hoy busco el azul y el dorado de esos días, y una caricia que no se olvida y las voces, palabras, aliento hambriento que mi espíritu perdió Dios sabe cuándo, y recorro los pabellones abiertos, los jardines de refresco, tantos y tan grandes como el ansia de volver al azul, al dorado de aquellos días que venían con la fragancia de otras voces, otras presencias. Imagínatelo si puedes.

El mundo me interesa, pero creo que yo no intereso al mundo. Así las cosas.

Nosotros en la playa gritando al sol. Nosotros ardiendo y dañando nuestra piel. La gente se arracima junto a la orilla y los gritos silenciosos se apaciguan. Junto al mar milenario prometemos felicidad y el agua refresca y calienta, miles de voces cerca del mar. El agua viene y se va en la orilla abarrotada sin remisión viene y va viene y se va y viene y se va...

Primero se crea un bloque con países que, unidos en la misma voluntad, puedan contrarrestar al hegemónico en el mundo desde hace 100 años. Pon dos países gigantes y gobernados por iluminados. Eso está hecho. Después se buscan alianzas con países más pequeños, pero significativos; paises que están en el mapa y que agitan lo suyo. También está hecho. El siguiente paso es desestabilizar aquellos países que por tamaño, economía y dinamismo, forman parte importante para equilibrar balanzas de poder. Eso está pasando en al menos tres países claves de Europa. Finalmente, cuando se vea posible, comenzará el reparto y desguace entre los aliados iniciales de zonas de influencia, fin de los países y fin de la libertad. El fallo, a pesar de todo, es que los países están llenos de gente, y entre la gente hay quien ama su libertad sobre todo. El fallo. No se puede destruir el mensaje subterráneo, milenario, de la civilización, está dentro de cada persona. Dentro. Si crees que esto es ciencia

Si me venciese junto a tí, ¿me acariciarias? ¿querrías tú? Cuando caiga al final, cerca de la última hora, hincada la rodilla en el suelo, ¿podré verte? ¿irme con tu caricia? ¿cerraré los ojos cansados confortado bajo tu abrazo? Esta noche no hay luces bajo el arco, y se escuchan risas sobre las sombras. Dime, señora, ¿me darás tus lágrimas cuando inicie el viaje final? ¿sería posible?

Porque la sociedad es una bestia el individuo sufre. Porque la civilización es abuso y engaño nos retorcemos las manos esperando compasión. Y no llega. Las personas ayudan, los gobiernos aprisionan, devoran, aplastan sin piedad. No existe la justicia social. No existe el cuidado de los ciudadanos. Existen algunas personas que recogen a los exhaustos y alivian sus penas, sus carencias, y es todo el manantial que debemos esperar. Recuerda esto cuando salgas a la calle: todo conspira para tu destrucción, empezando por esos edificios que entre todos construimos para disfrute de la bestia gubernamental. Somos entes susceptibles de aplastamiento, números que no cuentan excepto para alimentar a la masa humana que se pasea esperando una compasión absurda. En fin, sucede que somos prescindibles; vigila tu hacienda, nadie lo hará por tí. Tú ley, tu protección. No existe a justicia ni la equidad cuando hablamos del hombre.

Nosotros en la lluvia, paseando por el bosque. Respirando aire fragante, bajo la arboleda. Otras gentes se juntan, la lluvia fina crispa el semblante; brillan las hojas y el suelo alfombrado, sonidos en cierta distancia. Explota la vida. Hay luz que no se espera mostrando caminos inciertos, la codicia del aire nos domina. Nosotros en la lluvia paseando por el bosque a ciertas horas bajas ciertas condiciones de luz y perspectiva y nos hacemos Reyes del medio, nuestra es la fuerza. Viene el sol último victorioso y debemos salir al camino tras la verja. Un hombre cansado nos indica el camino a seguir sin alterarse, y lloramos asustados al recordar ciertos destellos, fulgores de cuando éramos uno, el bosque y el visitante. Comienza el fuego y el hielo, eso es otra cosa ya, otro prisma. Descansaremos bien esta noche .

Y luego tener que seguir viendo esas caras desencajadas, esa expresión de odio. Esa certeza de desgracia inminente. Lo peor de todo es escuchar discursos endemoniados y de sabor agrio. Esas caras, Esas palabras.

Inútil empeño vivir en libertad, en verdad es inútil. Una vez tras otra la razón huye y viene la gran tormenta; España no quiere, no sabe excepto suicidarse. Viene la negrura y el abismo, el mal, la negación del hombre libre, viene la manada malherida mas no muerta; viene de todas direcciones. Es imposible esta tierra llena de lobos, de odios, de sinrazón; al final estamos de paso, pero quién decidió que fuéramos por este lugar y quién nos guiará bajo la confusión perpetua. El infierno español. No termina la noche, Señor, y están llegando las aguas negras. Dónde descansaremos los que no entendemos este misterio, a quien buscamos mañana tras la tormenta, la gran tormenta, el tormento ...

Mañana domingo toda España se asoma al abismo: así de simple. Es el día decisivo de la democracia, y al final de la jornada sabremos si estamos frente a una nueva oscuridad o lucharemos por resistir en libertad. En condiciones normales, un país racional elegiría desalojar de las instituciones todo aquello que perturba el equilibrio y otorgaría carta blanca a las opciones que pueden poner la maquinaria ajustada y resistente a agresiones de toda naturaleza.  Pero España no es un país normal. Si votase únicamente la buena gente, o la gente normal de verdad, no habría caso: arrasan los partidos de centro derecha, el trifachito; pero también votan los ignorantes, los asesinos de la libertad, los enchufados, los que no conciben la vida sin perturbar a los demás, los engañados de una u otra forma. Frente a una suerte de gestión lógica, el caos estéril, la pobreza, el odio. En suma, la izquierda española, parásitos de la moral, vividores de los demás, rémoras sin remisión destructoras de

Ha muerto, todos los años muere. Y no reaccionamos. Ha muerto. Quién sino Dios vuelve cada año a recordarnos la deuda. Reflexión, tristeza; hay una cruz esperándonos cada día a cada paso, bendito Gólgota allí dentro bajo la cúpula.

Se sentaron en el jardín bajo el árbol y compartieron un racimo de uvas frescas, muy dulces, mientras la última luz declinaba: aquel fue un gran momento. En silencio.

Hay tanto ruido que no se oyen los lamentos. Hay palabras gruesas, confrontación y debates airados, y no se perciben los dolores pequeños, débiles. Somos cascaras de nuez en el océano enfurecido, perros perdidos en la noche incierta; y nadie repara en las lágrimas silenciosas de los olvidados. No me digas que todo esto es para que vivas bien y duermas bien y tengas cosas mientras los peregrinos, ausentes, sufren la losa de alimentarte, de enjoyarte, de llenarte de lujo. Hay tal ruido que nadie sabe dónde podemos descansar al fin sin dolor. Sin fatiga de tanto esquivar la agresión perpetua. El dolor inútil recorre las calles.

A mí sólo me interesan las palabras. Palabras que sugieren, palabras que se unen. Que forman edificios mentales. Que rompen el aire. Que se besan en frases únicas. Que perviven. A mí sólo me interesan las palabras, las frases, los ejércitos infinitos de palabras en la mente.

Cuando vengas, retira tu mano de mi cuello; no vengas a ahogarme, no me engañes ni repares en la ganancia que mis manos puedan proporcionarte. Dime qué ofreces, qué tienes, dime lo que yo puedo ganar con tu reinado. Cuando vengas no me ofrezcas lo que no puedes dar: ofreceme tu esfuerzo y tu capacidad. Ofreceme servicio. Aún así, recuerda que mi vida y mi cabeza valen mas que tú, para mi. Mas que tú, para mi...

No se puede vivir sin Dios. No es posible ignorarle. No valen los días igual sin la alegría de la gracia bajo su luz. No tiene sentido la vida, no tiene belleza... No se puede vivir sin Dios. Es imposible.

Te di la mano, sí. Hablamos y reímos juntos. Pero no hay más; dentro de mi cráneo eres la nada y el vacío. No eres. Bajo el agua del río corren las palabras y gestos de los días. Bajo el cielo arden las gentes esperando tantas cosas como granos de arena. Como granos de arena se escapan del cedazo cruel de las manos, los perplejos horizontales duermen y esperan despertar al albur de cualquier día que no sea absurdo, incompleto, inestable, incapaz. Sus caras se vienen abajo nada más despertar. Así las brumas de la noche infinita.

Al final he llegado hasta donde he podido. No es mucho, no es suficiente. Pero es lo justo. Las presencias se acaban. Las huellas se borran. Las palabras se olvidan. Y sólo queda el aire de un recuerdo, y el tiempo anula todo, incluso los afanes mejores. Una vez hubo una voz perpleja por aquí que ya no está, no está.

Creíste verme allí, pero no era yo. Jamás estuve y nunca dije sí. Estoy donde siempre, esperando. Esperando un milagro. Esperando un país. Esperando un espacio de libertad. Esperando a que se callen. Y recuperar mi espacio, mi libertad. No estuve allí, nunca.

El secreto de vivir cada día como si fuera el último, literalmente, llena el alma. Esta es una verdad absoluta .

Oh, sí, envidio a aquellos que han encontrado su camino y son ellos mismos y saben lo que quieren . Yo, ajeno a la paz interior, no hago sino perder una y otra vez mi sendero y cualquier cosa me sirve para ser otro extraño en mí. En la noche me duermo sin saber dónde acurrucarme ni qué camino me recoge. Las palabras hieren.

Al final son las voces desde todos lados. Voces distantes, brutales. Palabras que llegan, mareo y confusión. Retazos de ideas viejas, conceptos aprendidos. Frases hechas, flujo de los años. Posturas incómodas porqué. Las manos arriba frente al otro, a los otros. Lo que queda es el pensamiento de una habitación cerrada, vacía. Lo que queda es la persona que se aleja y sufre. Por las voces que proceden de todas partes, fluye indefensa el alma re belde. Al fin.

Te informo de que hace tiempo tus palabras hubieran tenido algo de resonancia. Hoy sólo eres noticia de ayer. Come, no pases hambre, genio...

Te escribo estas humildes líneas para decirte que, sin duda e inequívocamente, la presencia efervescente de un partido que debería ser el tuyo no es óbice para que te preguntes qué pintas en política. No pintas nada, créeme. Sal a la calle y busca tu lugar, hermano. Abrazos.

Es curioso que ellos, reyes de la impostura, amenacen con un baño de sangre si las cosas no siguen como están; dan a elegir entre vivir bajo el yugo caprichoso de los sátrapas rojos o la muerte violenta de muchos. Que la gente no quiera esa basura de sociedad no cuenta. O yo o el caos. Provocado por mí, claro.

Venezuela puede y debe ser libre. Tiene derecho a equivocarse en democracia, votar en libertad y que se cumpla. Vamos, Venezuela, rompe la cadena del comunismo, haz que todos veamos renacer la luz tras la negrura. Vamos. El tiempo de hablar termina, comienza la reconquista. Fuera farsantes.

Y los taxistas hijos del mono se revelaron. Y el cielo se cubrió y se abrieron las aguas, y hubo llanto y guerra. Y la raza destruyó Uberia y Cabifyra. Y no hubo ley durante varias jornadas pues el Simulador necesitaba apoyos de tribus violentas. Y el taxi prevaleció, pero nadie le hablaba. Y los Taxistas gritaron en el desierto: no habría dinero para ellos. Y el Simulador durmió en su castillo maldito....

Lo bueno de ciertas palabras es que vuelven. Lo bueno de ciertas personas es que no aguantan de pie (es un decir) ni un minuto. Lo bueno, en fin, es que te lo dan hecho; querido farsante: la pelota te ha reventado en la cabeza. Pero, en efecto, te comprendemos. Si dimites de qué vas a vivir, no hasta mayo, sino hasta el fin de tus días, de qué. Es que no se enteran, querido Echenique, no se enteran: las normas, para ellos. Ellos y suyo.

Pues claro, hombre, dónde vamos a parar: los queridos taxistas, que están demostrando su civismo y simpatía habituales estos días, quieren lo que no pueden decir abiertamente. Quieren ser los únicos que sacan los cuartos a pesar de nefasto servicio que suelen proporcionar. Quieren, en fin, romper la cabeza a aquellos que se atrevan a discutir el monopolio. Eso y nada más. A quién se le ocurre, a quién...

Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la finca en cuestión no supone en sí misma una agresión al medio protegido; la toxicidad proviene, más bien, de los siniestros habitantes de la casa. Contaminan hasta la náusea.

El ser humano organiza la sociedad para la convivencia pacífica de sus integrantes. Un sistema justo y libre es cuando el poder informa al individuo sobre lo que no debe hacer y el castigo por quebrantar la norma. Tan sencillo como eso. Un sistema fallido y opresor es cuando el poder dice al ciudadano lo que debe hacer. Y ése suele ser en la práctica el sistema que siguen casi todos los países. Y ése es el problema, claro .

Hoy me acuerdo de Aylan, pobre pequeño y ahogado, su cuerpito mojado en la arena, en la playa más triste y vieja del mundo. Triste porque acogió en su seno las consecuencias de muchas acciones miserables. Vieja porque el hombre es la misma bestia de siempre. El mismo que olvida lo preciosa que es la vida, lo grande y lo infinito, y no hay día en que pequeñas ambiciones, hipócritas tartas, palabras ventajistas y cenas calientes obligan a muchos Aylan a morir de noche -y de día- solos y angustiados. Lo que queda es la catástrofe de un pequeño tirado en la playa, sin jugar ni sonreír. Inerme.

90 años de Tintín... Como no quedan gigantes, hay que arrimarse a los valientes: gracias Jaume Vives por ser unos de ellos, y amigo de Tintín.

Parece que la democracia y la libertad se les ha atragantado a los autoproclamados campeones de la libertad y la democracia. Ellos hablaban de SU libertad y SU democracia. Y, claro, el vulgo no entendió el mensaje... Qué tristeza.

Vox propone liberalizar las concesiones de radio y televisión... Fascismo.

Recuerda que, no sabiendo qué ofrecer, sacaste ira. Recuerda tus años de mentiras y exageraciones, advierte que cerraste salidas futuras y borraste esencias importantes. Háblame ahora que estás solo en tu teatro y apagado quedas sin saber qué hacer; sal a la calle y grita. Haz memoria y cállate. Reflexiona si sabes; porque abriste cajas difíciles tu propia entraña te rechaza. No lamentes lo que ha pasado ni preguntes razones. Te lo digo yo: ha pasado lo que esperábamos. Un milagro frente a las mentiras y un bálsamo contra la infamia; sigue acusando.

Si votas a Vox eres fascista. Rufián, Puigdemont, Iglesias, Sánchez, Zapatero, y demás son antifascistas y odian a Vox. Carmena odia Vox. Rivera odia Vox. Valls odia Vox. Los actores y los músicos y los humoristas odian Vox. Soy fascista. Votaré a Vox.

Para Teresa Rodríguez, gigante del pensamiento occidental, Vox es cómplice  de los asesinatos contra mujeres. Según fuentes, la cosa varía entre 48 y 99 muertas, lo que significa que el partido excremento del PP es partícipe de dos o tres muertes al mes, lo cual sitúa en incómoda situación a asesinos y delincuentes. Como es probable que muchos asesinatos se produzcan entre la comunidad inmigrante (la cual, es sabido, tiene gran impacto en la extraordinaria mejora social y cívica de nuestras calles), debemos asumir que Vox pretende liquidar a los extranjeros por esta vía. Ladinos, retorcidos. Dicho lo cual, conviene recordar a Teresa y a su delicioso alcalde, faros de occidente, regalo de los dioses a España, luces en la noche bolchevique, que ellos son cómplices del asesinato de unos 100.000 niños al año, a los que no quieren dar vida, qué se han creído; además son cómplices de más de 800 muertos asesinados por la organización pacifista ETA, por no hablar de la maravillosa matanza