APUNTES PARA UNA VIDA MEJOR (DE CASI TODOS)

  Acaba el año y empieza lo mismo. Alegraos, pues.

  La muerte por desinterés...

  Seré feliz cuando seas tú quien no tenga nada.

  Esos corderos son lobos rabiosos. Y vienen a por tí...

  Estoy sucio y solo, Señor, pero te espero con ansia de Eternidad y no soy pues tan pequeño. Estoy perdido y voy a tu encuentro, acabaré en tu cercanía como estaba escrito para mí y para todos. Ven, Señor, a consolarme: el día ha llegado y voy a celebrarte como lo hicieron mis padres y los padres de mis padres. El resto está vacío. Alegría de la Noche Eterna. Sonrisas en las oscuridad que palpita, que nace el Hombre y el Dios inacabable. Hay ambiente de prodigio entre la buena gente.

  ¿Hay un mañana?

  Europa debe volver a la Civilización.

  La estúpida ceguera de priorizar la ideología estandarizada al sentido común.

  Tus desvelos insignificantes.

  Ir por un camino propio con la limpieza y liviandad moral que cada cual desee, sin ser molestado en su formación definitiva y plena: esa es la verdadera libertad. Lo demás es terrible, una insoportable opresión.

  Yo no soy nadie, pero creo en Dios. En el Dios verdadero. Y eso es mucho.

  Volver para qué.

  La nocturnidad de las gacelas sella su destino efímero, y entre las sombras se mueve lo inquieto. Algunas no volverán a ver la luz y caerán en lo oscuro. Es un ciclo cruel.

 ¿Nos hemos aburrido de la evolución racional?

 La imposibilidad de ser un hipopótamo detiene la transición. Por el momento.

  ¿Realmente existe alguien ilusionado con el mundo que ofrecen los políticos actuales? ¿Es apetecible esta oferta social?

  Personas que contemplan el infinito y no saben lo que es o si es un fallo de su vista.

  La imposición oficial de las nuevas normas de pensamiento único -que antaño eran delitos graves- no son más que un paseo suicida hacia el abismo oscuro y deprimente de la deshumanización de la persona. Suponen la abolición del albedrío individual y, por lo tanto, de la vida como experiencia única e intransferible. Es, por tanto, una ruptura irracional del curso natural de la evolución humana y las relaciones de armonía entre los miembros de las sociedades. No vayas, no dejes que nadie vaya.

  Una lágrima por la limpia claridad de antaño...

  Busco el equilibrio absoluto bajo el Magisterio Divino y no deseo otra cosa que vivir bajo su influjo de exigencia.

  Todo pasa. A veces, pocas, permanece un tiempo. Excepcionalmente, algo permanece. Y se borra...

  Somos justo lo que necesitan.

  Al final siempre es necesaria una concha protectora, quieras o no.

  Al llegar a la edad adulta, supo que todo había terminado.

  Hemos nacido para morir, pero no es necesario que sea hoy.

  Probemos a decir "no" y mantenerlo.

  El sistema se hundió cuando el Estado se autodesignó objeto y centro del tejido social y político, mientras que el ciudadano pasó a ser su servidor sin derecho a réplica. Hay trabajo que deshacer y cadenas por romper.

  La equidistancia ya no es una opción, ni siquiera como apariencia de equilibrio objetivo. Es tiempo de fiebre y furia, o se cierra lo poco que el mundo civilizado conserva.

  Por favor, no me mates...

  Cada vez que das las gracias el mundo crece.

  Esta gente que estudia cinco años para entrar en cualquier redacción y, sin preocuparse de nada, comienzan a manipular hechos al gusto de sus pagadores, que a su vez dependen de otros pagadores; esta gente, digo, contribuye a la caída social, cultural, racional, de todo el tejido civilizado. No te preocupes: al final, nos queda Amazon para tapar carencias y creernos a salvo, en el Black Friday...

  No sirve cualquier destello pasajero; tiene que ser la Luz.

  La "polarización" es un acto soberano e individual de difícil marcha atrás, y yo me he entregado con fervor a su influjo.

  ¿Cómo se llaman esos científicos y qué pruebas aportan?

  Esos mensajes pedestres y repetidos hasta la necedad y el cansancio, qué estúpidos son. Indecencia del legado, vomitona de las frases hechas, grosería autocomplaciente. Inutilidad absoluta de lo trillado y, sin embargo, suicida. El mundo está cansado y asqueado de sí mismo, y por eso abraza su destrucción. Háblame de tus ideas implantadas, me interesa saber cómo se llega al delirio.

Estamos en una época donde los tertulianos son mucho más tontos que la audiencia, lo cual se suponía imposible.

  Nunca deberías poner el cinismo en el escaparate.

  ¿La realidad? Sospecho que es lo que nadie cuenta. Oscuridad del pasado.

  Inmenso castillo de naipes. Así es.

  Todo lo creado a partir de un impulso sincero tiene valor.

  Te darás cuenta del engaño cuando sea tarde y estés hundido. Grita, pues, junto a tus verdugos. Ellos se ríen y lo seguirán haciendo por años, casi incrédulos ante tu inocencia suicida y su éxito incomprensible. Grita.

  ¿Fin de los tiempos?

  Un día el perro se sabrá fuerte y atacará sin remedio. Sabedlo.

  Si quieres proteger tu alma hoy día, constrúyelo sobre tu conciencia mientras esté limpia. Es la única manera. Las alimañas son (casi) todas y quieren devorar cualquier virtud. "Todo esto te daré...".

  Tu, que creas, y yo, que te sigo allí donde propones. ¿Qué otra cosa podría ser si me apabullas con tu genio?

  La grosera, sencilla manera con que han reventado la sociedad clásica hace pensar en una decadencia prolongada, agudizada por la incontrolable degradación de las formas y costumbres ancestrales abandonadas por la modernidad. Pero la modernidad es efímera y en toda época existió el fenómeno con mayor o menor impacto sin consecuencias en la línea progresiva del avance social. ¿Qué hacer? Resistir como lo hicieron antes las víctimas de la Revolución francesa o la rusa, agazapadas durante las matanzas y esperando su momento para volver a florecer, volver a la vida. Igual que en la Revolución española, donde la sangre vertida casi arbitrariamente (y que ahora pretenden ocultar con mentiras grotescas) no fue suficiente para tumbar la voluntad de orden y certezas. Resistir además de detener la huída, plantarse en un "hasta aquí" para recuperar la marca; hacen falta personas valiosas y capaces de guiar un proceso de construcción hacia el orden evolucionado de la tradición, siquiera...

  El Sistema no tiene fisuras. Ni lo intentes.

 Dostoievski, la imposible perfección del caos.

  Quizás no somos conscientes del abismo al que vamos...

  ¿A qué me enfrento exactamente? No lo sé...

  Late el corazón. Está vivo.  Hasta que entre la Muerte.

  A veces pienso que quizás hay más indicios de la existencia del demonio que de Dios. Y es una idea aterradora, porque sin Dios todo está perdido y carece de sentido. Pero es una trampa del demonio: eso me tranquiliza.

  Soy persona de obligado cumplimiento. Invariablemente.

  Sobre el río, bajo el puente. A veces sucede.

  Todas estas ciudades vacías, contenedores de cuerpos insanos y mentes deformes, con el eco de la voz grosera de un Hitler, un Stalin atronando oídos desprevenidos, ensuciando la mañana, todas ellas son ingratas a Dios, que en cualquier momento se cansará y destruirá indignado y cansado de ofensas indecentes. Insanía en la calle, deslucida civilización, pasos perdidos, llanto por doquier; esa voz del tirano abrasador que gana terreno entre la confusión ignorante y las masas sorprendidas. Vomitad.

  Cada aborto cometido nos acerca al abismo peor y siguen aumentando los asesinatos tolerados sin que sepamos detener semejante brutalidad. Pensamos, quizás, que no es posible. Rezad, pues, porque no debería haber perdón por esta masacre; si Dios está despierto, habrá castigo y será justo y terrible.

  El feísmo como escenario de vida, la insufrible conversación banal sobre temas obtusos y retorcidos, el llanto impostado dirigido a las masas para su anulación, el desprecio a lo que es hermoso y bueno y digno de vivirse. La anulación del pasado en bloque para inaugurar qué. Qué. No.

 La pobreza es un laberinto indestructible; a veces.

  -Te veré cuando te vea -Si no te veo yo antes... Gallípoli, de Peter Weir (1981).

  Se ha perdido tanto...  Es difícil saber cómo mantener la esencia del buen caminar entre las llagas humanas del porvenir. Prostitución en los rincones, dolor del desencuentro, elogio de aquellas jornadas felices y colocadas en su exacto sitio. Y cuesta mucho asumir que nada está, excepto ese amor terrible al Infierno y sus tormentos. No vayas.

  Lo terrible del mundo actual es que se olvida de todos los protagonistas importantes y superiores que nos han traído hasta aquí. De todos. Y, queriendo cambiar el mundo con nuevos modelos que reivindican a casi cualquier criminal histórico, destruyen el destino cabal de la evolución al invertir los valores y resortes que nos acercaban al mejor orden posible; el intento es mutar a un modelo trastornado que inevitablemente conduce a una pesadilla demente, crisol invertido de las virtudes y aspiraciones eternas del ser humano. Y todo ello con un hedor blando e inconsistente, mensaje y augurio de pesadilla casi presente en todas las capas sociales como pasta pegajosa, febril, repugnante. El caos grupal. Perdemos mucho con el viraje, demasiado; adiós, pues: id vosotros, infelices, al gran colapso moral donde no crece nada, id, dejad la vida calladamente con un soplo frío de muerte.

 Siempre necesitamos cosas que no necesitamos. Por ahí se escapa la lógica.

  Te sientas y reflexionas nunca. El tiempo se esfuma y lo ignoras.

 Volver a la vida, ser digno de ella. Ser beneficioso. Todo está por hacer, todo.

 Idiotas a los que os quitan la vida entre soflamas ridículas y sonreís con el alpiste rancio. A vosotros os utilizan para derribar la lógica y ni os enteráis, idiotas puros. El tren ya salió, pero la fiesta, fantasmal y deprimente, sigue.

  A veces, un simple dibujo rompe los esquemas y nos recuerda que somos únicos en nuestra preciosa individualidad, seres que escapan (porque somos hombres) del esquema masa que quizá aprieta en determinadas épocas, pero no puede quebrar cuán diferentes somos unos de otros, con esas pequeñas chispas mentales que generan pensamientos y actitudes personales e intransferibles que convierten todo en una rabiosa experiencia íntima, de uno mismo y para sí mismo. Existen, sí, los demonios y los traumas, que escarban en nuestra suciedad y pereza, pero no son diferentes de los días lluviosos y como ellos pasan. Al final, está la persona y su pequeño e infinito mundo que resuena en las cavidades de uno mismo como verdades indefinibles, indescifrables y maravillosas. Cada uno en su ovillo crea sus imágenes, ideas, bromas y gestos que jamás serán revelados al exterior del cráneo y, por eso mismo, su valor es incalculable y precioso, como una gema oculta. Entonces, en esos instantes, no cabe dud...

  Echo de menos a Juan Pablo II, mucho. Nos dio agua para el espíritu, luz para el camino, esperanza frente a la confusión, alegría entre los lobos, ejemplo ante la enfermedad. Manantial infinito de mensaje nuevo, dulce, limpio, inspirador. Una vez, siendo niño yo, le miré y él me miró y bendijo: momento único, el mejor de mi pequeña vida. Un segundo brutal para mi espíritu. Hombre eterno y bueno y un regalo de Dios a la humanidad de finales del siglo XX. El mejor Pastor de lo Absoluto y gran divulgador de la Doctrina Revelada, la de verdad que todos sabemos cuál es aunque queramos esquivarla. Un tío enorme y magistral, para entendernos entre pecadores conscientes, que somos legión aunque no se diga mucho. Un tío imponente.  (Y, siendo torpe de redacción, este texto es el más sincero que he escrito, créeme).

  Si estás muerto no puedes leer estas palabras...

  No somos iguales y nunca lo seremos. Cada persona tiene sus rasgos propios de pensamiento. Intentar una raza humana que sea mentalmente homogénea es, sencillamente, un acto de desprecio a la individualidad previo al sacrificio masivo y conduce a la sociedad demente.

  Es la antesala de la felicidad. No te hace vivir más, pero sí mejor. Mucho mejor.

  Dominar la expresión, cualquier expresión, es propio de personas superiores, escaso de ver y difícil de comprender, sobre todo en tiempos como los actuales donde no hay personas de ese nivel. En un regalo de Dios que nos está negado al resto, pero que podemos disfrutar apreciando la verdadera genialidad sin disfraces ni camuflajes absurdos tapando lo que sólo es mediocridad cansada. Elige bien y aprovecha el regalo.

  Tu oscuridad no me incumbe. Guárdala para tí.

  Este pequeño ser con un amor diminuto y callado en su corazón casi triste, un sentimiento suave sin valor alguno para nadie excepto para él, este pequeño ser que transita olvidado recoge su delicado amor que, por un día quizás, calienta su alma sin que le importe a nadie, porque nadie sabe del fogonazo íntimo. Y es casi feliz con su tesoro sin nombre y sin futuro, sólo el sueño de apenas unas horas, dulce y balsámico, un pecado sin mancha para el último tramo. Los días transcurren sin más aunque a veces se hace la luz por un instante.

  En el mundo actual, si un libro es bueno y nadie habla en su favor excepto citas puntuales y casi clandestinas, el libro es obligada lectura por excepcional. Si pasa lo contrario, ni lo toques: es bazofia programada.

  Sustituir el orden moral inmutable en la historia humana -no hablo siquiera del orden moral cristiano, que es la perfección ejemplar de lo que debe ser la norma vital de comportamiento y regulación social- por el capricho moral irracional y cambiante provocará el hundimiento absoluto de todo y una era de oscuridad insoportable. Y está sucediendo.

  Cada vez que veo esta película me parece que crece sola y se hace más grande, más perfecta hasta desbordar los límites del entretenimiento. Parece imposible pero el tiempo la va situando en el Olimpo de las obras maestras absolutas. Tiene enormes películas, pero lo que hizo Clint Eastwood aquí fue magia pura. Cine eterno, único, inolvidable. ¡Well done, maestro!

  ¿Angustia? Muchas cosas reposan un tiempo y encuentras la solución con el simple gesto de dejarlas en barbecho meditado. Voilá, y te iluminan, te dan el paso correcto. Pruébalo.

  El perro negro ha vuelto. Dentelladas hasta el hueso.

  "El negro del Narciso", Joseph Conrad. Lamentablemente, esto sucede todos los días en todos los ámbitos. La estupidez angustiosa como forma de vida, la injusticia subjetiva como aliento mental, el vacío como verdad inmutable. Terrible muestra de la mezquindad humana, que confunde realidad y quimera. Que se defiende con supersticiones imposibles de desactivar. Todo está dicho ya, mejor y desde hace tiempo. Conrad es uno de los que lo dijo.

  Escribo porque sí; palabras para otros usos, frases sin objeto real, conversaciones aisladas, diminutas, insignificantes. Porque sí. El tiempo discurre y destruye casi todo con paciencia, discretamente, sin dañar expresivo. También esto.

  Prueba a vivir bajo tus reglas. Si son correctas será una vida plena, fértil, aprovechada.

  "Y al finalizar... os hiero". Sencilla frase que abarca mucho y consuela en días de rabia.

  El Demonio habita en todos y nunca se rinde, te quiere infrahumano. Resiste. 

  Esta necesidad de lo Absoluto me hace sufrir y me da un propósito. Soledad del hambriento, lágrimas dulces, abrasión de las Palabras interiores, sumisión feliz. En Dios confío para hallar el rastro del Bien; un largo esfuerzo.

  El cine clásico -el de verdad- que se hizo hasta principios de los sesenta es la némesis insoportable del vergonzoso cine actual; mientras exista y se pueda acceder a él de alguna manera y con cierta calidad de imagen y sonido, es imposible que desaparezca la magia de los maestros que hicieron cumbre de sus posibilidades. Si consiguen eliminar este legado maravilloso y casi infinito dejará de ser un arte imprescindible. Y será otra decadente degradación del irrisorio panorama del siglo XXI. Hay gente capaz de acercarse a los grandes, pero se refugian en lo inmediato y vacío. Sí, ganando millones. Así nos va, claro. (La imagen, en recuerdo a mi padre que amaba esta película, como yo).

  Hay un movimiento degradador que busca la sumisión de las masas, convenientemente convertidas en rebaño, sin otra pasión que hundirse en mayores degradaciones. El motor es elitista y hunde sus raíces en el Mal que no se rinde nunca. Y qué, siempre habrá al menos una persona que se pregunte porqué, para que la rueda vuelva a su camino civilizador y humano, no bestial. Entonces ajustaremos cuentas, Joseluises.

  Y qué importa si todo lo borra el tiempo.

  No ofenden a Dios, se ofenden a ellos mismos con su deprimente odio. Morirán consumidos entre su hedionda bajeza.  Pobres idiotas, sin otro objetivo que hundirse en un vacío moral y desaparecer entre los escombros de la indecencia.

  Todas las virtudes del cine están en esta película. Debes verla. Cine que no volverá, pero que sigue ahí para siempre y para todos. Sencilla en todo su esplendor, modélica en todo su metraje, historia idealizada para que seas feliz un rato. Y tiempo después, cuando recuerdes.

  Lectura, reflexión, silencio; una conversación purísima y callada donde el tiempo se detiene y habla el interior. Hay cosas que requieren la calma para expresarse, que no se pierdan nunca: son la esencia del ser humano como tal. Un rato apenas que nos acerca al verdadero placer, si sabemos elegir bien. Leer es algo más que un entretenimiento, mucho más. Es la revelación del todo. Bendito sea quien lo aprendió desde el principio y supo conservar esas horas tranquilas, personales, profundas. Lo digo yo.

  Todo es grande y silenciosamente vengativo...

 La gente se muere, ¿de qué te extrañas?. Todos nos vamos tarde o temprano.

  Los muertos que ellos no respetan ni cuentan son los que a mí me estremecen. Sencillo.

  A veces soy feliz  con el vuelo de una mosca. No sé porqué sonrío y me complazco con su  errática trayectoria. Hace calor, el sol crece fuerte como un roble.

  Estoy a tres minutos de seguir igual. Increíble.

  Venimos, estamos un tiempo y nos vamos; listos, torpes, felices, desgraciados, completos y estúpidos. Todos. Y los cielos siguen cubriendo la tierra sin preocuparse de nadie. Ah, vanidades...

  Sólo hay un camino y el resto es inútil. Trata de seguirlo.

  Estamos desactivados y eso define nuestro tiempo.

 Dios te concede libertad, el diablo te esclaviza. Dios o el diablo. Elige.

  Hay senderos que nunca se transitan; no los cierres, déjalos. Están por alguna razón y tienen quizá sentido. (Aún te recuerdo a veces, cuando necesito sonreír). (Aún me quema la ceniza).

  Lo que veo en las calles me hace pensar en un colapso tremendo, descomunal. Ay, hermano, ¿qué han hecho con el mundo y con qué necesidad?.

 Puestos a hacer el imbécil sin cortapisas, después de poner en valor (sic) las degradaciones comunes y obsesivas que los adolescentes de la política nos recriminan con saña, deberemos, en un giro sorprendente, visibilizar el uñero. Tal cual.

  El aliento helado de la bajeza moral, las repugnantes punzadas de palabras sucias, el horrible hedor del gran director con su pútrida orquesta. Por todos los rincones encuentras jirones de la antigua decencia, si es que alguna vez la hubo. Pereza... 

  El esternocleidomastoideo, broma excelsa del designador feliz.

  Todo lo que odio y rechazo parece estar imponiéndose; no me rindo y no lo acepto, iré por donde quiera yo aunque me cueste caro, que la vida regulada por otros no es bienvenida jamás. A las ínfimas barricadas de uno mismo.

  Lo inmutable a través de las generaciones es conservar la tradición y perseverar en el legado. Sin fisuras ni debilidades, perfeccionando el desarrollo humano a través de los siglos sobre cimientos sólidos generados por la experiencia compartida y la propia contradicción de cada época. Cada vez mejores en una labor de toda la humanidad.  Todo ha saltado por los aires sin remedio. De esta demencia vanidosa y sentimental saldrá un mundo nuevo, absurdo, desprovisto de lógica. La pérdida es inmensa. Viene el caos.

  'El Jabato', eco de mi infancia que no se borra. "Esa voz..." es la de las cosas bien hechas, útiles, que sirven para la propia vida porque se crearon compactas, con talento y compromiso. Larga vida, Jabato, larga vida.

  "Tengo frío, Walker...". 'Frenético' (Roman Polanski, 1988). Un final en la memoria.

  Hay hojas que no se vuelan con el tiempo, que siguen guardadas para cuando se necesita recordar ciertas cosas a su debido tiempo. Ni la lluvia las borra.

  Ya hay más individuos que personas. Mañana será tarde para todos.

  Duele ver a gente valiosa e inteligente aceptando, aunque en parte, el absurdo que nos circunda, por miedo o por angustia; por equidistancia, esa lacra. O por conservar el estatus. Eso emborrona trayectorias brillantes y lógicas y eterniza el error garrafal de nuestro tiempo, que es la esquizofrenia como motor intelectual científico y casi único. En fin, después de la locura se vuelve al camino, pero se pierden a veces años preciosos para nuestra vida, y nadie los devuelve. Se pierden.

  Las multitudes equivocadas hunden barcos, pero no pueden con las flotas.

  "Sale el sol, y se pone el sol." En esta sencilla frase cabe el mundo y la esperanza de una vida limpia, seca, humana. Una vida lógica.

  Entiendo que unos miserables que se comportan como delincuentes, que gobiernan en contra de la sociedad original y la condenan a sufrir cruelmente la opresión salvaje de la violencia, inquietud y desplazamiento de su propio estilo de vida, se crean con autoridad moral de avisar de que los "otros", los cuales nada han podido hacer ni bien ni mal, son en esencia perjudiciales para la prosperidad que los susodichos criminales indecentes han destruido sin contemplaciones ni escrúpulos. Eso lo entiendo. Pero sobre todo entiendo que los "otros" arrasen en unas elecciones donde se decide entre el abismo establecido y la esperanza de un cambio para no morir en tu propia tierra sin poder siquiera levantar la voz. Así que por una vez me alegro de entender que, una vez visto el rostro de la malignidad, seamos capaces de rechazarlo por pura supervivencia; Francia vuelve, por una vez, a intentar recuperar la cordura. Y nada más: que griten hasta que seamos capaces de ignorar s...

La tecnología se disparó y todo se ha ido a la mierda. 

  "Testament", necesaria llantina sobre el laberinto 'woke' desde una perspectiva progre clásica. Refleja como pocas películas el hastío ideológico y vital de los que iniciaron la escalada de absurdos planteamientos oportunistas e irracionales que han desembocado en la espiral acusatoria infinita, lo cual supone retorcer hasta lo grotesco todas las gamas de idiotez. Y sobre todo, queda patente la orfandad de los pobres engañados que querían cambiar el mundo desde una moral/ética/perspectiva fatal entendida y practicada, cuyo resultado es un vacío vital espeluznante, sin sentido. Si la ves lo comprenderás: muy recomendable. 

  Lo que veo me convierte en un extraño entre la gente: no reconozco el diálogo ni las razones.  No sé qué decir ni en qué lenguaje; las palabras son diferentes, se pierden entre delirios.

  Por mucho que lo piense, no veo otra cosa que egoísmo y cobardía en el acto de abortar, oscura representación de la miseria social. Es oscuridad sucia y deprimente, sin valor ético ni humano. Un crimen total.

  "Con el ala aleve del leve abanico" Ya.

  Y te disfrazas de moderación dialogante justo antes de que pasen por encima de tu cadáver. Así funciona el engaño.

  "La policía -horda retribuida donde han encontrado refugio todos los indeseables de antaño- busca, prende, martiriza y persigue a las personas que presentan síntomas de ese pecado que ellos no perdonan nunca: la decencia". W. Fernández Flórez, Crónicas de la guerra civil. Hoy, como ayer, nada ha cambiado. El socialismo sobre todo; si se hace fuerte, actúa criminalmente y sin escrúpulos. Por eso divinizan a gente como Aurora Picornell, que como todos ellos soñaba con asesinar a destajo.

 Tú no lo sabes y yo tampoco. ¿Ahora qué?

  Viajar no requiere recorrer grandes distancias, requiere aprovechar las grandes enseñanzas.

  Lo poco que me preocupa el discurso de hoy me convierte en una persona difuminada sin ganas de replicar a nadie. Vaya. Todo lo racional parece al borde de la extinción por pura estupidez. La oscuridad que siempre regresa con diferentes formas. Y los mismos ególatras tras ella, dirigiendo el gran suicidio. Las marionetas dispuestas a difundir las consignas tan irreales. No, definitivamente no importa: todos nos iremos.

  La lectura es una fuente feliz, si sabes qué leer. Si no, es un infierno mental lamentable.

  Ya vienen. ¿Por qué tenemos que aplaudir lo que no es bueno ni limpio? ¿Por qué sacan a la calle sus patologías personales y seguramente minoritarias?  La libertad personal empieza por el rechazo rotundo ante la podredumbre oficial del siglo XXI.

  El buen equipaje son las oraciones recitadas con el fervor de un niño inocente. El resto es morralla.

  Consideran que la gente es idiota y manipulable porque la mayoría de la gente es idiota y manipulable.

  El miedo a expresar tu verdadera opinión para no parecer anticuado es el vehículo perfecto para difundir e implantar los mensajes erróneos como riadas imparables de podredumbre. El mal es el mal siempre.

  Si para tener razón recurres a la mentira, no tienes razón y no tienes decencia. Pero probablemente conserves el cargo a costa de tu alma. Vale.

  Cómpralo todo y seguirás sin tener nada.

No es una mala película y tampoco es buena. Con sus momentos y con actores ajustados. Lo mejor que se puede decir es que el tema es poderoso y sus fines loables, pero como obra estrictamente cinematográfica queda a medias. Lo cual no es poco, en estos tiempos de imbéciles voladores y tarados autojustificándose en sus degradaciones mentales, sexuales y propagandísticas de nivel subterráneo.  Lo que significa que no es una pérdida de tiempo verla, porque aporta.