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Mostrando entradas de 2021

La bestia pía

Aunque el barco está encallado y el timón destrozado las gentes se aferran a las ficciones, a palabras susurradas, suenan tan bien. ¿Qué otra cosa nos queda a algunos, que estamos esperando fuera? Pues un sitio caliente en el barco, en cubierta por lo menos. Por eso nos negamos a aceptar que todo es cuestión de dinero, de monedas, y siempre ha sido así. En el fondo, en la forma: cuentos con los que dotar de sentido a la avaricia, palabras engarzadas con propósito camuflado, caballos de madera que ocultan al becerro de oro. Para ti es el caballo hueco y las leyendas. Por eso hacen la estafa a la vista de todos, casi guiñando el ojo. Por eso combaten la prostitución contratando prostitutas o gestionando desde segunda línea saunas homosexuales, porque lo que cuenta es el tweet y no el hecho categórico, explosivo, deslumbrante en su pulcra sencillez. Somos nazis, somos fascistas, somos la escoria del comportamiento moral, somos los que debemos ser corregidos, nosotros que no nos vamos de p

Nuestra vida. Impresión a las puertas de otro año feroz.

  De niño y antes de entrar en la edad de la razón yo recuerdo las caricias de mi madre como regalos sagrados, y cómo lo agradecía sin palabras.  Para un pequeño ser sin propósitos la protección de unos padres, el amor, la confianza y la seguridad eran hermosos privilegios a los que acudir cuando las horas se volvían tristes, la infancia en sus sombras. Así lo recuerdo, así lo guardo entre los tesoros de mi vida. Mis padres, adultos y responsables, se encargaban por mí de dotar racionalmente el tiempo nuestro cuando nos guiábamos, como es lógico y normal, por la intuición y las emociones. Nuestra ancla y ejemplo. ¿Acaso podría ser de otra manera?. A un niño le interesan los juegos, los sueños y las leyendas que su pensamiento desarrolla y los padres, los padres de verdad, se encargan de los demás y ésa es su función. No recuerdo reproches y tristezas de su vida cotidiana (y que me atañía también a mí y mis hermanos) hasta más tarde, cuando alcancé el uso de razón y ya empezaba a mostra

La necesidad de los vientos ábregos

  Repasando distraídamente las noticias del día, costumbre personal desarrollada a raíz de la pandemia, acabo entrampado en un peculiar efecto que creo provocado por los medios hoy día: la conversión, a través de la lectura, de tranquilo buscador de la actualidad a indignado estructural el resto del día; porque todos y cada uno de los medios -televisivos, radio, escritos en papel escritos en internet, blogs, redes sociales y demás bombarderos mediáticos- insisten tercamente en guiar al receptor pasivo hacia una suerte de bomba ideológica temporizada, radical en su compromiso e intención dogmática, hacia la conversión que podríamos considerar de agentes sociales activos propagadores de verdades que les han sido inoculadas con suave intención y profunda convicción. Lo creo sinceramente. Me doy cuenta del ardid de trazo grueso (y qué no es así hoy día) pero, consciente o no, desfilo junto a mis camaradas porque cada día leo las noticias destinadas a mi sesgo ideológico, y salgo a repartir

LA TINTA DEL CALAMAR

  Hubo un tiempo no tan lejano en que a los políticos sorprendidos en faltas graves les caía, rápida e inexorablemente, el aliento de la ley o la horca de la opinión pública. Como correspondía a aquellos días (no tan lejanos en realidad), el infractor asumía con cierta naturalidad los hechos y no se justificaba más allá de excusas más o menos peregrinas, ocurrentes con la esperanza -quizá- de generar alguna duda que evitase el descrédito total y permitiese al reo rehacer con cierta dignidad su actividad cualesquiera que fuese, incluso desde la simpatía pícara. Algunas veces, sin embargo, se dio el caso de políticos utilizando recursos propios de delincuentes vulgares tales como "creía actuar de buena fe" o "no sabía que fuese de nadie" e incluso la clásica "me tendieron una trampa" que todos (juzgadores y juzgados) aceptaban como parte de una representación sin mayor trascendencia que la folclórica, pero que no entraban en la balanza. De súbito (o no) pare

NUESTRA VOZ

  Si hay una pregunta no respondida, es esta: ¿quién determina el gesto democrático, las personas o los grupos políticos? Si son las personas, ¿cómo hacen saber su voluntad?. Si son los grupos políticos, ¿en qué partidos o grupo de partidos reside la esencia exacta del concepto?. Uno, que contempla desde abajo el escenario, se debe asombrar del inmenso e inexacto mensaje emitido por los apoltronados gracias a sus votos y sus apoyos, y diríase que el juego (estúpido y vulgar en último término) consiste en seguir descalzos a sus favoritos, sin más ventajas que ver la manera en que crecen las personas objeto de devoción, y que lo mollar lo conforma una suerte de hooliganismo febril sin más trascendencia que la felicidad del elector con la opción que apoya. Y qué peligroso es esto, cuando todo se reduce a una serie barata que ponemos en la pantalla, cuando la vida que nos rige es, sin remedio y frontalmente, una historia ajena y no, como es de rigor, unos hechos que nos conciernen absoluta

UNA OBSTINACION

Tengo para mí la tristeza y miro con ojos sedientos las cosas que suceden y no me tocan. No tengo más. En los días inquietos afino el gesto y descanso; en los días tormentosos me cobijo bajo una techumbre menguante y tengo frío de sol, de verdadero sol. Una vez pasé horas soñando ser otro. Comprendo los rumores de las conversaciones que no me tocan, quisiera estar ahí, hinchado parlanchín declamando lugares comunes de forma eficiente, complacida aunque siempre acabe en el rincón, es cierto, es cierto. Quisiera estar robotizado y formar parte de las estadísticas normales, las que indagan sobre los grupos sociales y sus interrelaciones, ser del grupo tal y cual: no puedo, adoro la tristeza nacida en la incomprensión y me abrazo a ella como un perro mojado y sucio suplicando constancia. Hace tiempo vi caminos reglados y firmes, tan blancos como la nieve; no los frecuenté por mi insólita capacidad para dañarme sin sangre; Errante así es como puedo ver las ruecas de los demás y me asombro d

UN RUMOR

 Llega un rumor salvaje en la llanura sobre un caballo  desbocado. Viene solo en nombre de un dios en cólera. Hay polvo allí. Unas palabras brotan de pronto bajo la tierra entre la arena: "¿Cómo tú, cómo tú?" no respondo y miro el horizonte. Distante. No hay comida ni agua, no hay nada excepto esperanza y futuro. Viene un rumor triste y oscuro y yo lo espero en pie en la llanura (imagínate) entre cuatro paredes. Por eso tengo esperanza, porque en mi pereza reside mi fuerza.  Mi pereza, mi fuerza.

UN FINAL

 Sucedió de noche mientras las personas descansan en sus madrigueras. Escuchó unos pasos acelerados detrás en la calle y su piel se estremeció quizá alerta. Los pasos se detuvieron justo antes de sentir frío una, dos y tres veces antes de comprender que su carne era atravesada. Cayó al suelo en silencio. La sangre y la vida se escapaban ávidas; apoyó la cabeza en el suelo y se dejó arrastrar a la inconsciencia inevitable. Y allí tendido quedó en la noche mientras los pasos se alejaban como un insulto. Los sonidos de alguien indescifrable para él, que no le pudo ver o reconocer. En la noche cerró los ojos en falso, sin explicaciones. El resto amanecería feliz o no, pero amanecería a un nuevo día. Limpiaron la sangre y retiraron el cuerpo. No hubo palabras. Se creó un hueco en el ciclo, uno más. Hay mil explicaciones posibles y una sola tumba. Era sábado, por si sirve de algo.   

NAVES NEGRAS

En la nave vamos, nosotros el rebaño guiados por el rey  de los farsantes. Eres un mentiroso y no te importa que se enquiste la brutal losa de tu poder inmenso. Espantosa travesía a la sombra de un dios sin mas atributos que la simple tarea de mentir a los que nada saben de intenciones, de balances,  de las grandes mansiones. Los barcos zarpan igual, uno tras otro, sin control y naufragan  en el mar abierto guiados por el rey de los farsantes. La bruma terca acelera la ignorancia de los corazones. Suenan las horas últimas...

ACABAN

 Los días pasan y los recuerdos quedan en la memoria.  Allí se mueren, se borran y se van. Se borran los días de la memoria, mueren en vida. Se olvidan y se van antes mismo  que la vida. Se van...

DOS DE TRES

 De tres cosas que hay en la vida puedo decir que tengo dos aceptables: salud y amor. Al dinero que le den. Aunque no es menos cierto que la falta del dinero, tarde o temprano, acabará arrasando el equilibrio. Aún así que le den. Todo es un juego perverso que siempre acaba igual. Bajo tierra y sobre los cuerpos.

UNA PRESIÓN DISCRETA

 Así la vida. Sales de mañana limpio, fresco, casi heroico a enfrentar la jornada con una sonrisa y bajas la escalera con empuje en la fuerza de la vida, desbordado de ella. La brisa alegre te besa al salir a la calle, la gente parece protectora y dulce camino de sus afanes y respeta las sonrisas amables. Huele a limpio. Los zapatos no aprietan y el regusto dulce del desayuno persiste en la boca. Eso a primera hora de los días buenos cuando quién diría que una vez más la tristeza volverá a ganar cuando llegue el crepúsculo, y que todos los esfuerzos de ponerle cerrojo a la grisura acaban en el suelo como papeles viejos. Los rostros tornan cenicientos y sombríos y son los hombres y uno mismo los que golpean como conspiradores incansables para derribar cualquier posibilidad de felicidad, esa puta esquiva que a cada vez se evapora antes. Así la vida. Pasan los días entre decepciones y quizás alguna esperanza sutil que parece querer imponerse en el barro y grisura en ocasiones tercas. En e

SER DE AGUA

 Ser de agua, andar al aire, vivir de la luz. Camino por el valle de las sombras sin descanso y me siento a descansar en los rincones más oscuros, más olvidados. Pasan siluetas alrededor sin que pueda comunicarme con ellas. Y grito. Mi fardo está cada vez mas vacío y me pesa igual que el mundo; no encuentro el sendero. Todo se reduce al tiempo que consigo retener sin tropezar, las luces se opacan, el mar está lejos. Un rostro me ilumina, hay esperanza. Quise vivir este tiempo que me rechaza y yo lo rechazo, no hay caso. Se trata de resistir hasta que vuelva la cordura. Yo sueño con el piélago. Por el valle de las sombras con todo el peso de mi tristeza, de mi esperanza. Cuando gobierna la oscuridad conviene estar preparado o el viento esparce tus cenizas. Pero no es el final. No el final. No.

AL DESPERTAR

Ritmo de respiración suave, reina el silencio. De la ventana abierta del verano entran furtivos destellos de luz tibia y buscan algo en la pared fría. Hay paz y lujuria del párpado caído. Todo está parado y expectante ante la inminencia del nuevo día, tan pequeño y espectral aún. Un coche silba fuera en la calle, el reloj se prepara. Te mueves en espasmo dulce, la boca se abre tímida, un sonido casi callado.  Quejidos felices empiezan a abundar y de las entrañas del edificio, fuera del propio hogar, empieza a despuntar la vida. Golpes, alguna tos, el ojo abre sus puertas. Dedos y manos tiemblan,... un roce. El reloj, el reloj. El cuadro oscuro revela su secreto. La hora presente reclama gobernar. Leve brisa mueve la cortina, destellos de la luz fresca. Crece el rumor y la angustia de lo inevitable. Finalmente suena un pitido salvaje: es la hora, vuela la sábana y te elevas buscando el suelo. Tu sombra baila en el pasillo. Luz en las estancias. Hay café y tiempo para celebrar un nuevo d

ENGRANAJES VAGABUNDOS

  Poco a poco las voces se iban cayendo como lastre estéril conforme subía a la cima de la montaña, y en la ladera se dormían. Porque fui a la montaña y subí la montaña un día caliente de mis desgracias. Al rato de ascender quedaban pocas voces dentro, las justas y las amadas. Me sentí menos pesado, casi libre. De esta manera pude al fin comprender los mensajes que necesitaba, y me tranquilicé. No subí a la cima, me detuve cuando lo supe; las heridas cicatrizaron y bajé de nuevo a enfrentarme con las cosas y las gentes que nada bueno tienen que decir si no es con rabia y con desesperación, porque les falta el silencio. Les falta la fe. Luego me acurruqué y estuve un rato conmigo mismo. Tenía hambre de muchos tipos, un hambre que nadie enseña, que nunca se menciona, pero que erosiona el valor de una persona e impide acceder a no pocos tesoros. En la roca caliente del sol tuve una larga conversación conmigo mismo justo después del paseo. El día terminaba. Iba a perder claro. La claridad

BATALLAS NO LINEALES

Percibo la gran noche del alma cabalgando sobre la oscuridad, en su espesura inquieta, reinando sobre las sombras que fueron brillantes y diurnas, casi sinceras. Oigo los pasos y los fulgores en la distancia, susurros que son gritos salvajes. Hay rumores de guerra y en las estancias se confunden destinos y se compran voluntades frágiles; un motor equivocado. Lento declive, larga caída, grieta salvaje. Una pena efímera dulcifica la espera, hay figuras en barbecho conversando casi clandestinos en los muros, frotándose las manos, dibujando aires estancos, transparentes palabras. Los hombres saben, los hombres saben. Intuyo gentes a caballo en la llanura limpia, allí donde pasan las cosas y la corriente fluye en la gran encrucijada, cerca de los farallones inmemoriales. Sentado en el rincón, yo abrazo mi encogida silueta, borro mis huellas. Sé que hablan mesándose eléctricamente los cabellos; con expresión severa rompen las urnas, crean ensueños, bordean la cordura, repiten mensajes y bebe

ALFORJAS IRRELEVANTES

¿Sabes? Tengo más percepción del sol de mi infancia y juventud que el de hoy. Así es mi mente. Aquella luz promesa dulce para el pequeño yo que barruntaba ilusiones en el universo de una habitación amiga. Horas vibrantes en la exploración. Tengo grabado a fuego las caricias de gentes que ya no están y ciertas palabras de los que partieron, y diríase que se desarrollaron apenas hace un rato, tan terca es mi memoria, tan caprichosa. Yo sentado y pasivo recibiendo seguridad y un cariño generoso, inmerecido. Cómo lo agradezco ahora. Pues no es perenne, es un efímero espejismo del desierto emocional. Al igual que las estaciones el tiempo selecciona y almacena pequeños fragmentos importantes para cada uno, y lo incrusta en los pabellones para que sepas qué es el dolor, la pérdida, el instante pequeño. De la misma manera que mueren los seres vivos, la morralla de las horas se abandona en el camino, y cada persona retiene su propia y preciosa carpeta, también de desaires furtivos. Y yo, que ca

ABRASIÓN

Tú descansas en los valles prósperos llenos de riqueza, allí donde tú reinas. Caminas despacio por donde el sol riega los fértiles terrenos que te nutren y te garantizan la saciedad, el sustento infinito. Yo espero en la cancela muy cerca del páramo estéril soñando mi propia tierra, no muy seca, no muy triste. Ronroneas satisfecho mientras sirven; esa es tu ventura y tu deleite. ¿Lo ganaste tal vez? ¿jugaste limpio?. Porque tú, tú, tú ramoneas en las copas de árboles selectos mientras te contemplamos con envidia y sin comprender que te pusimos ahí por imprudencia y porque fuiste fuerte y listo, sin prejuicios. Tú dormitas en la digestión gigante. Yo busco pequeños frutos en zarzas agotadas y a ti te sirven los grandes señores. Dime:¿repartes tu fortuna al albur?¿cómo llegaste allí? Porque te siguieron las gentes los dioses te miran complacidos, y sonríen. El resto conserva el alma pero pasa hambre. Pasa hambre. Lo dice la tierra, lo dice el rostro curtido por el sol de la injusticia. E

LA ESPESURA

  Sigo el camino que duele a veces. Tu voz, tus manos en mi brazo. Frente a mí las casas de colores claros, en primer término, blancas y pálidas de amarillo. Más arriba las casas con techos negros, de pizarra, casonas amplias y generosas, deben ser felices en ellas. Yo las miro con hambre. Los cables eléctricos rompen el paisaje: parecen líneas de fuga quebrando cierta armonía limitando el reino de los hombres. Pero si miras más arriba siguen las casas escalando la montaña, de madera, de piedra hacia arriba dominando la vista. Arboles de distintos espesores y texturas cierran los huecos del paisaje. Luego la piedra se impone poderosa y reina junto a la maleza. Hecha de piedras rotas, como puestas allí por un gigante obsesivo la montaña se yergue sobre todo y lo domina. Al final de la mirada está el cielo infinito y azulado.  Yo contemplo todo esto con ojos absorbentes, famélicos, y me hace recordar hechos del pasado y palabras y sensaciones que poco o nada tienen que ver instante. Mi c

MEMENTO MORI

 Hablo con sillas vacías y escucho palabras sacadas de contexto. Eso me ahorra perder tiempo en preámbulos cuando las sillas vuelvan a ser ocupadas. Mientras tanto preparo el discurso más amargo que tornará feliz en la gran tertulia pendiente. Quién sabe. Todos verán sus errores y las cosas tal y como las entendemos serán extrañamente diferentes, se ubicarán en perspectiva. Así las horas. El escenario está borroso, pero yo hablo ante sillas vacías y escucho palabras sacadas de contexto. Soy una sombra olvidada.

PEREGRINOS

La noche termina y pronto llega la mañana sin luz llega la mañana. La noche ha sido oscura y terrible sin luz sin que el nuevo día apague nuestra sed de luz. Acostumbrados a la negrura casi celebramos las horas sin luz sin conexiones eléctricas con las personas y los milagros que reparten  las formas de las cosas. Acaba la noche y nace la mañana sin luz miramos la sombra como a un dios brutal y siniestro incomprensible. No quiero mis ojos no me dicen nada no atraen la claridad. Se abren las ventanas opacas entran los  demonios y no la luz. No puede imponerse esta oscuridad sin luz en las mañanas perdidas olvidadas del mundo .

LA VERDAD (PERIFERIA)

  Todos los partidos e ideologías "antifascistas" (PSOE, PP, CIUDADANOS, PNV, ESQUERRA, PODEMOS, Etarras...) son, por definición, grandes amantes de la muerte y ésa es su esencia última. Unos por convicción y otros por cobarde asentimiento. No la muerte como hecho natural consecuencia de la vida, sino como ruptura y agitación de la misma en todas sus variantes. Por casualidades de la vida (o no) los líderes de las defunciones arbitrarias gobiernan en esta pandemia/conspiración/holocausto o lo que sea. Por lo tanto están en su salsa cual cerdos en el barro disfrutando de lo que más desean, que es la muerte ajena. Lógicamente no van a hacer nada por erradicar tan bella circunstancia, pero no es suficiente a sus ojos tan poca chicha: hay que destruir más y mejor. Necesitan sus viejas obsesiones para realizar la ardua misión que la Historia les ha encomendado y sin las que todo el entramado falaz quedaría al desnudo. Es imprescindible destruir al muerto llamado Franco, ensañarse

AGUJEROS

  Acabará mal porque empezó peor: así de sencillo. Y no hay más a lo que agarrarse ni esperanzas en tal y cual persona. Estamos en un agujero largamente horadado, nunca abandonado, siempre en crecimiento. Los caprichos de cada cual con mando en plaza se han ido engastando en el debate público hasta convertirlo en una farsa irreal, de pesadilla. Si precisamos trabajo nos dan ideologías surrealistas, periféricas. Si comida, alpiste de otra dimensión; vamos desnudos y nos ponen una pancarta, lloramos y nos ofrecen un lema absurdo. Y no sabemos gritar. Toda la juventud en peligro, todas las vidas truncadas y hablan de quién sabe qué, de sus obsesiones. Esperan y promueven un mundo de locos aduladores que votan porque si, que aceptan cualquier soflama en la triste certeza de que los suyos la han puesto en primera plana. Y pasan los días y las oportunidades, la hora se hace inevitable. ¿Quién nos querrá entonces?¿Quién nos devolverá al camino? Y las cuestiones fundamentales duermen en arcone

LA GRAN FATIGA

Llevo cosas. Sueño. Llevo cosas. Tengo para mí la oscuridad y la cuido  ella me arrulla  y me cuenta historias de otros. De otros. Veo montañas como gigantes caídos  y las dejo atrás. Pienso. Callo. Recuerdo. Tengo frío y calor, me canso. Administro voces, miro atrás y hablo con gentes del pasado. Sonrío y sigo. Llevo cosas y pensamientos. Siempre. Siempre.  

SER FELIZ EN EL DESIERTO

  España es una cleptocracia casi modélica con apariencia de monarquía parlamentaria, de tal forma que cuando nos convocan a urnas lo que votamos es el grado de latrocinio que deseamos sufrir. De igual manera que se elige un color de jersey en la tienda sabiendo, por ejemplo, que el rojo destiñe más y el blanco saca más pelotillas, el votante de derechas sabe que le van a robar quizá menos y la presión al pensamiento es relajada, el votante de izquierda asume ser masivamente desvalijado y, de propina, sufre un bombardeo sobre su mente por cosas que al final le importan un pimiento. Y nada más sencillo que esta estructura social, fácil de mantener y extraordinariamente lucrativa para hordas de profesionales que viven a costa de la sangre y los sacrificios de los demás, los que pagan tributos no una vez ni dos, sino siete u ocho veces por el mismo concepto. Los que pueden se escapan a Andorra y más allá, y los que no sostienen a costa de su propio bienestar el sistema.   Y es maravilloso

BUSCANDO AGUJAS

"Lo que pasa es que vivimos aquí" (Centauros del desierto) Si uno se fija bien (y si no, también), el fascismo y el nazismo como ideologías capaces de dominar sociedades y territorios no existen hace decenios, son insignificantes en términos absolutos. Pero hete aquí que comunistas y socialistas y demás morrallas humanoides tienen un filón agitando alertas antifascistas arriba y abajo para entretener al personal que está ayuno de enemigos y necesita algo a qué aferrarse. Si uno, además de fijarse bien, piensa un poco lo que esta gente entiende por fascista, llegará a la conclusión de que fascistas son todos los que no son de izquierda, ni nacionalistas, ni separatistas, ni terroristas de distinto pelaje, sino cualquier persona normal y corriente que no se dedica a parasitar el medio en que se desenvuelve: ése es el fascista para los alertadores del peligro. Un fascista como tal es casi imposible detectarlo, es tan raro como encontrarse en la Gran Vía un punkarra que tanto abu

LAS PARADOJAS DEL DOMINGO

 Resulta que un hombre pequeño lleva un país gigante y nadie se sorprende. Es así desde hace tiempo. Qué paradoja estar a merced de una situación trágica (si no grotesca) cuando es difícil de por sí sacar la cabeza en la esfera cotidiana. El hundimiento resignado, cualquier cosa vale con tal de no perder la esperanza.  Hoy he visto a un hombre gigantesco paseando a un perrito minúsculo. Es un mundo chocante, sin reglas. De esto sí me he sorprendido, seguramente porque tiene su lógica, y no está enturbiado por las ideologías que convierten la vida en un juego viciado, incapaz de salirse de las reglas sentimentales de ideas prestadas sin tener claro cuáles son las ideas y cómo nos afectan al llevarlas a lo cotidiano. Si no me crees, mira los resultados de las elecciones de hoy y comprobarás que no hay paradojas posibles en el afán humano de la gestión pública. Mira lo que han hecho tus representantes mira lo que han hecho las gentes que deben decidir por todos. Somos cadáveres en busca d

SOBRE ANORMALES

¡Han cantado línea! La cordura nos enseña que si uno habla como un anormal, tiene aspecto de anormal y se comporta como un anormal estándar, entonces nos encontramos ante un anormal. Si este anormal -llamémoslo, por decir algo al azar, Risitas- ocupa un puesto en el escalafón 600 peldaños sociales más elevado del que corresponde, entonces hay una anormalidad en la sociedad; si ocupa el sillón de vicepresidente y encima no es capaz siquiera de arreglarse los dientes para disimular su aspecto de jardinero okupa la anormalidad pasa a ser de Estado. Añádase un festival de tonterías saliendo por la pútrida boca sin consecuencias reales en forma de patada a la estratosfera, y la anormalidad es definitivamente democrática. Por tanto, incluso cuando no se equivoca es persona altamente disfuncional, un error imposible de disimular incluso en un gobierno que parece el casting de Los Autos Locos, esos maravillosos dibujos animados de Hanna-Barbera, presidido, cómo no, por Penélope Glamour. El per

LA ÚLTIMA REVOLUCIÓN

 Terminado el ciclo de la historia queda una revolución pendiente, la única que jamás ha sucedido. Llegará la revolución de las personas normales y corrientes, que son las que sin saberlo han sostenido todas las sociedades y, sin desearlo, han sufrido persecución e injusticia permanente. La revolución definitiva para la libertad verdadera. Viene un nuevo mundo que necesariamente va a excluir a las élites políticas y legislativas, porque ni una sola de las víctimas abandonadas cuando no directamente asesinadas por la miseria, incapacidad y egoísmo sin límites del opresor va a quedar impune. Un mundo donde el robo, las mentiras, la violencia y la corrupción serán combatidas hasta el final y en todos los estratos.  Un mundo donde se exigirá la justificación de cada euro prestado al bien común, sin abusos. Un mundo donde las personas no serán cautivas de otros intereses que los suyos. Un mundo de iguales donde una persona pueda desafiar y destruir al poder si tiene razón. Un mundo al imper

THE GATES OF DELIRIUM

Está uno tan a gusto en sus cosas, dándole vueltas a la manera de salir de los agujeros de la nueva anormalidad cuando recibe una nueva lección del salvador del mundo y sus alrededores. Este hombre, de profesión filántropo y de vocación medieval, después de avisar de la pandemia sin haber hecho nada para evitarla, ahora previene del bioterrorismo (a buenas horas) y del coñazo, sublime, del cambio climático, ese efecto devastador que siempre pasa al futuro a pesar de los augurios. Ahora es el 2060.  La propuesta que subyace en la mente del bicharraco es, sin duda, la vuelta a la Edad Media sin pasar por la casilla de salida. Vamos con todo, Bill. Lo que tú quieres es convertirte en el señor feudal y nos propones que seamos tus siervos de la gleba, porque al revés ni lo contemplas, no te jode el Bill.  Mi propuesta (yo también tengo opiniones sobre todo, no te vayas a pensar, aunque sean todavía más inconsistentes que las tuyas) es la siguiente para tu solaz y deleite: Cierra una de esas

LA HORA

Viene la hora suprema todos callan, esperan, la sala se agrieta. Nadie habla, el día termina, las nubes agitan aire fugitivo, todos callan. El alma, sencilla, termina, todos callan, la luz cambia. Inhala, exhala, inhala... exhala... Inhala. Exhala... Las nubes acogen el alma liberada. Y todos guardan silencio en la hora breve.

TODAS LAS VÍCTIMAS, TODOS LOS DRAMAS

No tengo formación ni manejo datos empíricos que sustenten lo que voy a defender aquí, pero tengo conciencia, sentido analítico y una historia detrás que me permite desarrollar una opinión meditada, errónea o acertada, pero meditada. Es sincera, y eso ya es mucho en este mundo de máscaras y encubrimientos. Somos hijos de la pandemia y debido a una serie de factores entre calamitosos y sorprendentes, el mundo se ha desplomado. Es probable que las raíces de nuestra debilidad estuvieran arraigadas desde tiempo atrás, lo cual es irrelevante ya. Las decisiones tomadas para atajar el mal han sido tremendamente dañinas y definitivamente desastrosas para la sociedad y el tejido empresarial. Casi ha pasado un año y en realidad la curva de contagios y muertos no desciende significativamente. Podría pensarse que faltan años para volver a pisar las calles con normalidad y, por lo tanto, recuperar el dinamismo económico en el aspecto primordial de la comunicación directa, persona a persona. Las emp

OMNIDIRECCIONAL, AÑO UNO: CONJURA DE LA PANDEMIA CONJURADA

  El lío es que no se sabe si esto es una conspiración o una pandemia, o si estamos en el principio de la conspiración de la pandemia o al revés. Y la cabeza estalla onmidireccional manchando las paredes del salón donde vegetamos prisioneros. Fieles al signo de los tiempos, el personal aúlla en redes y se revoluciona soltando soflamas acerca de una revolución que de hecho ya sienten completada; digamos que hoy día uno se conforma con amenazar hilando frases heroicas sobre el levantamiento popular sacadas de trocitos de películas o de antiguos libros, y con eso deja clara su postura. A lo mejor esperan el desplome también virtual de los gobiernos y los liberticidas en una especie de lucha virtual sin demasiada sangre, como una comida hervida, sin sal y sin sabor. Indignación virtual. Llevamos un año así, empero; cocinando sano y sin sabor verdadero, acartonados en una realidad pesadillesca y televiviendo, telerrevolucionándonos. Como una serie barata pero opresiva. Un sueño producido po